El alcalde de Utebo, el socialista Miguel Dalmau, ha remitido al Gobierno de Aragón un documento en el que presenta una serie de alegaciones al estudio de viabilidad relativo a la construcción y explotación de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de la localidad. El representante municipal decidió tomar esta iniciativa después de que el pasado 14 de enero apareciera un anuncio en el BOA en el que se sometía el estudio a información pública.

Para Dalmau, ese documento "se somete a información pública sin que se hayan iniciado las obras previstas en el proyecto constructivo que se realizó hace más de cinco años y se entregó al Instituto Aragonés del Agua".

Las alegaciones que presenta Dalmau al estudio afectan a numerosos puntos. En primer lugar, señaló ayer, está el asunto del modelo de gestión de la depuradora. "Considero que es de justicia y económicamente viable acometer la construcción de la EDAR por medio de un contrato de ejecución de obras, y no de concesión de obra pública mediante un procedimiento abierto, de tal modo que una vez acabado el proyecto sea gestionado por el Gobierno de Aragón, bien directamente o través del IAA".

Dalmau explicó que desde el año el 2006 hasta hoy los vecinos de Utebo han venido abonado el 50% del canon de saneamiento hasta la cantidad aproximada de 3.221.066 euros. "Si tenemos en cuenta que Utebo tiene una cuta de participación de alrededor del 30% de la EDAR, significa que el Instituto Aragonés del Agua ha recaudado en este tiempo unos once millones de euros", afirmó.

SUBVENCIÓN En base a esos ingresos y a la subvención europea otorgada para el plan de depuración, considera que se pueden sufragar los 25.000.000 euros que según el nuevo plan de viabilidad cuesta la construcción de la EDAR actual sin acudir a la vía del préstamo "y mucho menos a la concesión y explotación de obra pública".

Por otro lado, una vez terminadas las obras, los habitantes de los municipios afectados deberán seguir pagando el 100% del canon. Y además, según Dalmau, es de capital importancia que tanto en el proyecto como en la explotación de la EDAR se tengan en cuenta las posibles molestias producidas por los malos olores expelidos por la propia instalación y las derivadas del tráfico de vehículos.