Los alcaldes de las localidades aragonesas sobre las que se ejercerá por orden de la DGA un «control especial» por el repunte de los casos de coronavirus comprenden la medida y la van a acatar. Son Pradilla de Ebro, Tauste, Alagón, María de_Huerva, Muel, La Almunia y Andorra las señaladas junto a Ejea, para la que se decretó el confinamiento perimetral y que, en caso de no mejorar, podrían seguir sus pasos. «La situación es preocupante», señalaban ayer muchos de ellos.

El centro de salud de Tauste, que es referencia para una amplia zona geográfica, ha rastreado un aumento de positivos. Lo llamativo es que si en marzo el virus no entró en sus residencias, ahora sí lo ha hecho, indicó el primer edil, Miguel Ángel Francés. En el vecino pueblo de Pradilla, su alcalde, Raúl Moncín, habla de que ahora se vive «un confinamiento a pequeña escala», con una reducción drástica de las salidas y contactos entre vecinos después de que varios adolescentes hayan dado positivo.

Tiendas cerradas

«Hemos dictado bandos y se difunden instrucciones para que los vecinos se queden en casa», asegura Moncín, que señaló que dos de las tres tiendas locales han cerrado. «Las fiestas deberían haber sido el pasado fin de semana y no se hizo nada», aseguró. En Pradilla se cuenta con la Guardia Civil para que se patrulle y se vigile el cumplimiento de las nuevas medidas, mientras que en Tauste existe Policía Local que se encarga de verificar que no se producen aglomeraciones y se respetan las prohibiciones y la distancia social.

Por su parte, Antonio Amador, alcalde de Andorra, apela a la responsabilidad individual como freno a la propagación, tras la detección de medio centenar de positivos en las últimas fechas. Además, «se ha reforzado la Policía Local y se hará turno de noche».

«Vamos a estar más vigilantes y el control de movimientos va a ser más exhaustivo», afirmó Amador, que subrayó que en Andorra «hay preocupación», por lo que se está haciendo mucho hincapié en evitar las concentraciones de personal.

Andorra debería estar en fiestas, «pero no hay nada y todos en el ayuntamiento coincidimos en que no nos gusta nada eso de las no fiestas», añadió Amador. Incluso los actos religiosos se han suspendido con la vista puesta en la seguridad sanitaria.