Andorra vuelve a estar en la fase 2 y desde el viernes se restringe el libre acceso en el término municipal tras aplicarse un confinamiento perimetral. El Gobierno de Aragón publicó el jueves la orden y en la localidad las medidas no han causado sorpresa.

«La gente de Andorra llevábamos unos días inquietos y veíamos que el número de casos aumentaba, no se esperaba un confinamiento -tampoco se descartaba-, pero es algo que se ha tomado con total normalidad y sabiendo que es necesario para frenar el contagio», explicó el alcalde de Andorra, Antonio Amador.

En el primer día de confinamiento, se puso en marcha una campaña a través de la Guardia Civil y la Policía Local, encargados de ir a cada bar informando sobre los cambios y las conductas que ya eran sancionables y en las que a partir de ahora se será más escrupuloso. También se elabora una guía con información para la ciudadanía, ya que los vecinos están realizando numerosas consultas.

Los andorranos redujeron la circulación por las calles y los establecimientos. En una de las peluquerías recibieron muchas cancelaciones de reserva ya el jueves al conocer la noticia, «porque tienen miedo de salir», según la gerente. El confinamiento perimetral tiene un efecto directo, ya que una clienta que suele acudir al salón desde Crivillén llamó para aplazar su cita. La propietaria esperaba que se tomaran estas medidas, «cada día te enteras de más y más casos», indica. Y cree que una semana es un período muy corto, «que habrá que ampliar», dijo.

Bares cerrados

Algunos bares ya habían colgado el viernes el cartel de «cerrado» y el movimiento en el municipio era menor. «Esta situación es complicada, hemos tenido que quitar espacio en los veladores y el interior, no se puede estar en la barra, y la gente está un poco perdida», comentaron en uno de los pubs que seguía abierto. El camarero aseguró tener solo clientes en la terraza, cuando normalmente un viernes por la tarde recibe bastante afluencia. Este establecimiento augura que cerrará si «todo sigue así».

Muchos vecinos se encuentran confinados en sus domicilios, como Sofía, una joven andorrana, a la espera de la prueba PCR. «Mis amigas y muchos jóvenes también están confinados», señaló. El devenir de la situación ha truncado muchos planes, como la casa rural que había alquilado este grupo de jóvenes.

En los restaurantes también se echó de menos a la clientela, incluso a los fijos. Un asador recibió la mitad de comensales que en una jornada habitual. Y al contrario que otros vecinos, para su propietario las medidas aplicadas han sido «exageradas». Asimismo, espera que la semana que viene la situación se tranquilice.

Diferente visión tenía Jorge, un joven de 31 años que considera que el confinamiento es «la única forma» para el control, «aunque nos tengamos que sacrificar». Él trabaja de cara al público y observa que la población está concienciada y toma las precauciones sanitarias e higiénicas diariamente.

Sin incidentes

En las entradas y las salidas ayer no se dio ningún incidente, «hubo normalidad», según indicaron fuentes policiales al alcalde.

Donde sí hubo movimiento fue en la farmacia Alloza Ferrer. «La gente se ha volcado a coger mascarillas ffp2 porque casi todo el mundo la llevaba de tela», apuntó Montse Alloza. Un cambio que precisamente se dio en este primer día de confinamiento, «por temor», según la farmacéutica, quien reclama que «a estos profesionales no se nos considera como sanitarios», aun cuando actualmente están asumiendo la presión asistencial y ayudan en muchas ocasiones a pacientes con primeros síntomas de coronavirus.

En el centro de salud, existe una sobrecarga de trabajo «brutal», «por cada positivo que sale, la media de su círculo de contactos estrechos es de 10 personas», aseguró Amador. La zona de salud abarca una población de 9.945 personas, «y están siendo capaces de absorberlo, están reorganizándose para ser más efectivos», dijo.

En ascenso

El alcalde de Andorra advierte de que el número de positivos ha ido en aumento y es una tendencia que va a continuar creciendo. «Los datos que estamos obteniendo son del fin de semana pasado, hay que luchar porque a partir de la semana que viene se empezará a controlar la situación», comentó. «Lo que tenemos que hacer es muy fácil: cumplir las medidas y recomendaciones, esto empieza por nosotros mismos, el que no lo cumpla es en perjuicio de todos», concluyó.