La situación fue mejorando a lo largo del día, pero tan poco a poco que se vivieron todavía muchos momentos de desesperación, divididos lógicamente por el nivel de reclusión de cada cual. Hubo pueblos aislados, algunos incomunicados y sin luz, otros apartados del presente, sin carreteras, energía ni telefonía. Gloria se había marchado unas horas antes, pero dejó complicaciones cruzadas en medio Aragón y tanta nieve -más de un metro en muchos núcleos- que las labores de restablecimiento de la normalidad se complicaron mucho más de lo previsto.

A última hora seguía habiendo problemas para transitar por carreteras de Teruel, lo que a su vez dificultaba el acceso a los equipos que había enviado Endesa para recuperar la normalidad en localidades como Ariño, donde se afanaban por intentar hacer llegar seis grupos electrógenos. Sirve este como ejemplo de los centenares de incidencias que habían empezado en vías cortadas, pusieron en alerta a la CHE por una crecida extraordinaria y terminaron por dejar sin luz durante casi una hora a 123.000 personas por un avería en la red de transporte de Red Eléctrica.

Explicó Mayte Pérez por la tarde, después de la reunión del CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrado), que las circunstancias había sido «muy complejas», fundamentalmente en la provincia de Teruel. «Hemos hecho un repaso de carreteras y establecido prioridades. De los 70 núcleos que había aislados a lo largo del día, a los que muchos no se ha podido acceder hasta hoy (por ayer), por la tarde han quedado menos de la mitad. La situación va mejorando, pero es muy compleja. Hay mucha nieve y estamos teniendo problemas para acceder con las máquinas», manifestó la consejera de Presidencia, que señaló la parte del Jiloca alto como la más problemática.

En cualquier caso, la consejera dio a conocer que Endesa se había incorporado a las reuniones del CECOPI y que hoy por la mañan lo haría Telefónica «en una intensísima labor que estamos haciendo todas las instituciones para coordinarnos» con las diputaciones provinciales o la UME con el objetivo de cambiar el color de muchas carreteras. que ayer seguían en amarillo, incluso rojo.

La situación sostenida en tantas llevó a mantener la suspensión de las rutas escolares en Teruel, lo que afecta a 2.300 alumnos. Aun así, se recomendó mantener abiertos los colegios e institutos para que el alumnado que no utiliza el bus escolar pudiese asistir a clase. En la provincia de Zaragoza, ayer se cancelaron rutas que llevan a Daroca, entre Abanto y Calatayud y servicios hacia Cariñena desde Paniza, Alfamé, Encinacorba, Aguarón y Cosuenda.

«Ha sido la peor borrasca de los últimos años en Aragón, en este caso en forma de nieve. Han concurrido condiciones que la están haciendo histórica. Tenemos más de un metro de nieve en muchos pueblos, el viento tampoco ha ayudado y la extensión ha sido enorme, afectando a casi toda la provincia de Teruel y parte de la de Zaragoza. Hemos puesto todos los medios y más que hemos contratado (4 quitanieves y 7 palas», manifestó Mayte Pérez, que buscó consuelo en la normalidad de la crecida extraordinaria. No se produjeron desbordamientos de ríos y ninguna estación estaba ayer en alerta, aunque se mantiene la vigilancia al haber una situación latente debido a la gran cantidad de nieve que queda.

En Zaragoza el punto más conflictivo es la zona de la sierra de Campo de Belchite y Campo de Daroca. La zona de Jiloca es la que presenta aún mayores dificultades y se va a contar con el apoyo de la UME para restablecer el acceso a dos zonas concretas: el eje entre Cucalón y Huesa del Común, y entre Ferreruela y Segura de Baños. La Unidad Militar de Emergencias trabajó con 174 militares.

El resumen dejó un día más de nivel 2 de emergencia del Plan Territorial de Protección Civil de Aragón (PLATEAR) debido a que, aunque la situación mejoró, aún quedan núcleos sin accesos abiertos y sin suministro eléctrico. Mientras tanto, Gloria daba sus últimos coletazos en Huesca, donde se cerró el puerto de Monrepós a camiones y se oblicó al uso de cadenas al resto de vehículos.

La denuncia de Villarroya del Campo

Pese a que desde el Gobierno de Aragón se aseguró estar poniendo todos los esfuerzos, hubo críticas repartidas por toda la comunidad. Desde Villarroya del Campo, por ejemplo, se denunció la falta de coordinación entre instituciones, que llevó a que los agricultores del municipio, junto a bomberos de la DPZ, tuvieran que sacar del municipio a un niño de corta edad que debía ingresar en el hospital Miguel Servet de Zaragoza para ser intervenido quirúrgicamente. El municipio estaba aislado desde el lunes y solo recibió el auxilio de la quitanieves de la Comarca, que no pudo llegar hasta el pueblo. Lo lograron los agricultores con una máquina que usan para cargar los camiones con cereal.

Bomberos "con impotencia" desde casa

El colectivo de bomberos forestales quiso poner de manifiesto cómo ha observado las consecuencias del temporal «con impotencia desde casa pues en esta época del año no estamos contratados». «El 90% del dispositivo de Sarga está engrosando las filas del INAEM Aragonés. Un colectivo que, estando disperso por toda la geografía aragonesa, estos días podría estar dando simples soluciones a graves problemas, limpiando calles o accesos a centros de salud u otros servicios, rescatando o ayudando vehículos atrapados en las carreteras, devolviendo así ciertos derechos básicos que los habitantes de estos pueblos merecen como cualquier otra persona. Qué diga el Gobierno de Aragón cuánto le ha supuesto movilizar a la UME».

Un tercio de afectados en Endesa

Las dificultades para acceder a los municipios fue el principal problema con el que se encontraron desde Endesa para devolver el servicio a los miles de clientes, que se quedaron desconectados al caer decenas de torres eléctricas debido al temporal. La noche dejó tantas incidencias que a mediodía quedaban más de 3.000 abonados sin suministro, a la espera de que la UME ayudara a facilitar el acceso a las localidades afectadas. A última hora de la tarde se habían conectados 11 de los 18 grupos electrógenos desplazados y se esperaban enganchar otros seis en breve, lo que reduciría el número de perjudicados a un tercio. Desde Endesa se esperaba que fuesen menos de mil.