Aragón incrementó la pasada campaña un 21% la extensión dedicada al maíz para alcanzar las 99.777 hectáreas y una producción cercana al millón de toneladas. Estas cifras sitúan a Aragón por detrás de Castilla y León como la segunda comunidad autónoma con mayor superficie en todo el territorio nacional y posiciona a este cultivo cerealista como el más representativo de los regadíos del valle del Ebro, según la Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas (Red Arax).

Pese a este crecimiento y su extensa implantación, «es un cultivo que atraviesa unos momentos complicados desde el punto de vista de la rentabilidad económica, en un problema que viene de lejos», señala Miguel Gutiérrez, responsable de la Unidad de Cultivos Herbáceos del Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón. «Desde la campaña 2013/14 nos estamos moviendo en una horquilla de precios que oscilan entre los 170 y los 180 euros por tonelada, lo que obliga al agricultor a alcanzar unas producciones superiores a las 10 toneladas por hectárea para poder cubrir los costes inherentes a un cultivo que requiere de grandes inversiones», destaca.

VARIEDADES TRANSGÉNICAS

De las cerca de 100.000 ha de maíz que en EL 2019 se cultivaron en Aragón, el 56% se sembraron con variedades transgénicas y el resto fueron de convencionales con destino a pienso animal o consumo humano. De hecho, la superficie de este producto destinada a este último aspecto fue del 20% sobre el total de las hectáreas sembradas en la pasada campaña.

El aumento de esta producción tiene dos factores fundamentales. Por otro lado la buena rentabilidad que se puede lograr si se consiguen aumentar los márgenes de producción, una circunstancia que se puede garantizar con los nuevos sistemas de riego por aspersión. Por este motivo casi no se realizan siembras de maíz en las explotaciones que mantienen el riego a manta. Y además, está siendo clave la disponibilidad de agua embalsada. Esto permite apostar por una segunda cosecha de ciclo corto siempre que las previsiones de la campaña de riego lo permitan.

Desde organizaciones sindicales como UPA confían en que este año 2020 también se pueda dar esta circunstancia, pues las reservas en los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) parecen ser positivas y mejoran los porcentajes de los años anteriores.

También relacionado en el auge del cultivo del maíz está la mejora de las semillas, tanto en las modificadas genéticamente como en las convencionales. Esto ha permitido que tanto en las variedades de ciclo largo, como en las de cultivo más corto, se pueda garantizar una producción suficiente para mejorar las rentabilidades.

Eso sí, si la tendencia a la baja de los precios se mantiene el cultivo del maíz será otro de los que se sumen a la crisis agraria general del sector primario. No se puede olvidar que este tipo de cultivo requieren una alta inversión frente a otras cosechas. En estos momentos Aragón produce el 24% del maíz que se cosecha en España.