Buenas noticias para el campo aragonés. Lejos de los malos augurios del otoño y el invierno pasados -cuando la pertinaz sequía hacía pensar en una campaña para olvidar- la comunidad va a registrar una de las mejores cosechas de cereal de invierno de los últimos años en cuanto a producción. Según datos facilitados por UAGA, la principal organización agraria de Aragón, este año se van a recoger 2,58 millones de toneladas, una cifra que se acerca a las producciones récord del 2013 y del 2016, cuando se alcanzaron los 2,74 y 2,65 millones de toneladas.

En concreto, la cosecha de trigo, cebada y avena ha sido casi un 30% superior a la del año pasado y muy superior a la de los últimos cinco ejercicios (1,93 millones). Eso sí, hay que tener en cuenta que el temor a la falta de lluvias hizo que en otoño se sembrará más en regadío, lo que obviamente ha elevado la producción final. En total, la superficie cultivada, tanto de secano como de regadío, ronda las 800.000 hectáreas.

El sindicato agrario también deja claro que ha sido una campaña muy desigual en cuanto a zonas. Así, en la margen izquierda del Ebro (Huesca y parte de Zaragoza) se califica de «excelente», tanto por la abundancia de la cosecha como por la buena calidad del grano, algo que no ha ocurrido en la margen derecha por la climatología. De hecho, los bajos rendimientos de las tierras turolenses, más golpeadas también por las tormentas, han impulsado «cultivos alternativos» como la quinoa o la espelta. «Son productos que poco a poco va demandando el mercado y que llevan a los agricultores a diversificar para no jugársela a una carta», explica el secretario general de UAGA, José Manuel Penella.

Huesca ha sumado 1,086 millones de toneladas con 269.430 hectáreas cultivadas, Zaragoza no ha alcanzado por poco el millón de toneladas con 337.000 hectáreas y Teruel apenas ha superado el medio millón con 194.737 hectáreas cultivadas.

Además de la citada desigualdad por provincias, el único hándicap de esta campaña han sido los precios, que siguen sin repuntar a pesar de que la cosecha mundial ha sido «la más baja de los últimos tres años». «Pensábamos que la sequía que han sufrido países como Alemania, Francia o Ucrania iba a elevar los precios, pero no ha sido así», lamenta el responsable de herbáceos de UAGA, Javier Langa, que apunta que la volatilidad de los mercado hace imposible prever la evolución de los precios a corto plazo. Con todo, la cebada se ha situado en los 190 euros por tonelada, una cifra superior a la del año pasado.

MALAS PREVISIONES EN OTOÑO

Según datos de la DGA, la mejor campaña en valor de producción fue la 2007-2008, que llegó a los 500 millones de euros, mientras que la segunda fue la del 2013, con 456 millones. Y eso que en ese último ejercicio se registró la mejor cosecha en producción de los últimos 32 años.

Sea como sea, lo cierto es que la abundante campaña de cereal de este año aún ha sido mejor acogida por los agricultores debido a que la situación no pintaba nada bien en otoño e invierno pasados debido a la escasez de lluvias. «Este año ha pasado algo que no había visto en mis tres décadas como agricultor: en Navidad no había nacido ningún campo por la sequía, pero en primavera empezó a llover bastante y continuó así hasta junio, lo que permitió dar la vuelta a las malas previsiones iniciales», comenta Langa, que añade que eso provocó también que la cosecha se retrasara más de dos semanas.

Que la campaña de cereal sea positiva no es baladí para el campo aragonés, ya que la comunidad ha sido siempre una región eminentemente cerealista. De hecho, los campos de trigo, maíz o cebada han seguido aumentando en los últimos años en Aragón, en detrimento de los de legumbres u hortalizas, y ya suponen en torno al 70% de la superficie total cultivada en la región. Así, se estima que en la comunidad hay casi 50.000 explotaciones con tierras, que suponen casi el 12% de la producción nacional.