Hace apenas un mes que Laia Alegret, paleontóloga del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, demostraba -dentro de un estudio internacional publicado por la revista Science- que el impacto de un asteroide había acabado con los dinosaurios, lo que puso fin a la teoría del vulcanismo como causa de la extinción del 70% de las especies.

Ahora, esta investigadora, coautora de la descripción en el 2017 de Zelandia, el nuevo continente sumergido bajo las aguas del Pacífico, y del que únicamente afloran sus montañas más altas, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, acaba de arrojar nuevos datos sobre el origen y formación de dicho territorio.

En la revista científica Geology revela que Zelandia surgió de dos eventos tectónicos. Primero fue arrancado de Australia y la Antártida hace 80 millones de años y después fue moldeado por las fuerzas que iniciaron el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de volcanes y terremotos que se extiende a lo largo de las costas occidentales de América del Norte y del Sur, pasando Alaska y Japón, y luego a través del Pacífico occidental hasta Nueva Zelanda.

Precisamente, la micropaleontóloga altoaragonesa fue la única científica española en la tripulación que durante dos meses participó junto a otros 31 científicos en la expedición al océano Pacífico a bordo del buque de perforación Joides Resolution en el 2017.

La investigadora del IUCA ha contribuido con el estudio de miles de microfósiles obtenidos en seis perforaciones del fondo marino del nuevo continente, con una superficie sumergida de unos 5 millones de kilómetros cuadrados. En todo caso, «los resultados de esos estudios han cambiado lo poco que se sabía sobre este continente oculto», explica Alegret. «Nos han permitido conocer cómo evolucionó como un continente independiente tras separarse de Australia y la Antártida hace 80 millones de años, cómo cambió la profundidad de sus mares a lo largo del tiempo, en qué momentos emergió y se hundió, condicionando las migraciones de las especies, las corrientes oceánicas y el clima global», destaca.

Una geografía poco usual

Zelandia, reconocido como el séptimo continente, tiene una geografía muy poco usual porque se encuentra mayormente sumergido a más de un kilómetro de profundidad, mientras que los otros seis continentes tienen extensas áreas de tierra que afloran en superficie.

En 1972, la primera expedición científica que recuperó muestras de Zelandia en los fondos oceánicos situados entre Australia, Nueva Zelanda y Nueva Caledonia concluyó que un océano profundo se creó cuando Zelandia se separó del antiguo super continente Gondwana hace 85 millones de años, en la época de los dinosaurios. Pero este escenario es solo es parte de la respuesta. De hecho, las prospecciones realizadas para establecer la soberanía de Nueva Zelanda, Australia y Francia sobre Zelandia, sacaron a relucir fallos en ese modelo inicial.

La expedición en la que participó Alegret permitió comprobar una nueva hipótesis: que la formación del anillo de fuego tuvo un papel fundamental en dar forma a este continente perdido.