Tres meses han bastado para cambiar las preferencias de los aragoneses en cuanto al lugar en el que desean vivir. Los pisos, lofts y áticos en el centro de las ciudades han dado paso a las viviendas unifamiliares: los jardines están de moda. Esto es lo que se deduce de un estudio de la gestora y buscadora de viviendas cooperativas Lacooop. Desde el pasado 10 de marzo y hasta el 22 de junio la búsqueda de viviendas con jardín aumentó en un 185%, mientras que la de casas personalizadas lo hizo en un 298%.

A nivel general, las búsquedas en este sitio web han aumentado desde enero en un 835%, lo que supondría que los aragoneses, durante los meses del confinamiento, se han planteado más que nunca el cambiar de hogar. Según la responsable de estudios de Lacooop, Mónica Abril, «la situación que estamos viviendo nos ha obligado a pasar mucho más tiempo en casa, lo que ha llevado a su vez a que muchas personas se hayan planteado mudarse o adquirir una vivienda que se ajuste a su casa ideal. Y en este nuevo escenario, las cooperativas se han convertido en la primera opción de búsqueda gracias al ahorro, calidad y garantías que ofrecen».

Las viviendas de cooperativas pueden llegar a costar un 20% más que una casa tradicional, pero no son las únicas que han experimentado un aumento de búsquedas y operaciones cerradas.

En Cuarte de Huerva, una de las zonas en el área metropolitana de Zaragoza que mayor crecimiento está experimentando en los últimos años y en la que predominan las viviendas unifamiliares, se ha llegado a vender un 50% más que en ejercicios anteriores. En la inmobiliaria Home 17, situada en esta localidad zaragozana, así lo atestiguan.

«Abrimos el 11 de mayo después de meses cerrados y hubo una avalancha de visitas. El primer viernes tuvimos nueve visitas a una casa que llevaba seis meses en venta, y tres de los que vinieron quería comprarla», explica Beatriz Maizanava, gerente de la inmobiliaria. Las viviendas más buscadas son las unifamiliares con terreno disponible. «Hemos vendido todo lo que teníamos que cumpla esas características», asegura.

Las zonas más buscadas son Cuarte, María de Huerva, Cadrete, Santa Fe… Todos ellos son pueblos cercanos a Zaragoza, en el sur de su área metropolitana. «Antes había gente que se compraba casas como segunda residencia en estas zonas, pero ahora las buscan para vivir permanentemente», añade. Los precios, además, son otro de los factores determinantes. Estas viviendas pueden costar entre 140.000 y 360.000 euros.

«La gente se ha dado cuenta de que un piso en Miralbueno, donde ahora hay varias promociones, te cuesta lo mismo que una casa con jardín en Cuarte, y después de lo que hemos vivido durante la pandemia y con el confinamiento, la gente valora más tener espacio para sí mismos. Para muchas familias es más que necesario. Se trata de salvar la unidad familiar», ríe Maizanava.

En Tecnocasa también han notado este cambio de tendencia, aunque apuntan a que en Zaragoza capital no existe mucho porcentaje de casas con jardín. «Está habiendo más demanda de viviendas unifamiliares o con algún metro de terraza. También hemos detectado que los cambios de vivienda son por cantidad de metros útiles con respecto a su anterior vivienda», explica Eduardo, uno de los franquiciados de esta inmobiliaria.

MÁS BARATO / En cuanto a los precios, según los informes de Idealista.com, existe bastante diferencia entre Zaragoza capital y los pueblos de su alrededor. Por ejemplo, en el distrito Universidad el metro cuadrado cuesta 2.600 euros; en Miralbueno, 1.810 euros; en Montecanal, Valdespartera y Rosales del Canal, 1.591 euros; y en Ruiseñores, 2.060 euros. Por el contrario, en Cuarte el metro cuadrado está a 1.232 euros, mientras en Cadrete baja hasta los 1.029 euros.

Así pues, un confinamiento después, parece que los aragoneses nos hemos decidido a comprar casas más grandes aunque están más lejos del centro.