Ha estado en prisión, ha sido detenido una docena de veces, pero nada ha hecho que un vecino de 35 años de Calatayud decidiera reinsertarse en la sociedad y dejar de vender droga. La Policía Nacional ha vuelto a arrestarle y, en esta ocasión, por vender hachís a jóvenes y menores en la hora del recreo de dos institutos de la ciudad: el Emilio Jimeno y el Leonardo de Chabacier.

La investigación policial se inició a primeros de año al observar que, tras su salida de prisión, varios ciudadanos señalaron que el detenido continuaba, sin ningún tipo de escrúpulos, con la misma actividad por la que había sido detenido en las últimas cuatro ocasiones.

Según la Jefatura Superior de Policía de Aragón, durante los meses que ha durado la investigación se le pudo observar en las vigilancias acudiendo a las zonas próximas a los institutos de la ciudad, donde iba tanto durante el descanso de la mañana como al final del periodo docente. A posteriori a varios menores se les pudo incautar la droga que el investigado había proporcionado, barritas de hachís. Además vendía a clientes durante el fin de semana que acudían a su domicilio desde locales de ocio próximos.

Los investigadores observaron que con una cuerda y una bolsa desde su piso recogía el dinero y entregaba el hachís a los compradores.

REGISTRO

Para conseguir acabar con este problema, los agentes se lo comunicaron al Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 1 de Calatayud cuya magistrada autorizó la entrada y registro del domicilio. Durante el mismo, la Policía encontró 665 gramos de hachís; 355 euros en efectivo; una balanza de precisión; bolsitas de cierre hermético, así como la bolsa y cuerda que utilizaba para facilitar la droga a través de la fachada y los tres teléfonos móviles que empleaba.

La policía encontró en el domicilio la droga escondida en fiambreras en la terraza, así como pequeñas cantidades repartidas por la casa en pequeñas cajas metálicas de tabaco. Sin embargo la mayor cantidad aprehendida de hachís la encontró la perra de la Unidad de Guías Caninos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón llamada Roma que marcó a los Policías un cubo de pintura con pienso para perros. El detenido tenía camuflada la droga de esa forma para despistar a los agentes.

Ante los antecedentes policiales y la reiteración delictiva, la jueza instructora decretó la prisión provisional, comunicada y sin fianza para esta persona. El Código Penal castiga este delito de tráfico de drogas con penas máximas de hasta seis años de prisión.