Una joven aceptó ayer una condena de nueve meses de prisión por haberle robado joyas por valor de 1.750 euros a la dueña de la casa donde trabajaba como asistenta, oficialmente paseando al perro. La mujer, defendida por el letrado Antonio Muñoz, redujo considerablemente la pena de 15 meses que le solicitaba inicialmente la Fiscalía por un delito continuado de hurto.

A cambio, adquirió el compromiso de resarcir completamente a la anciana, incluso con un plan de pagos de tres meses para los 375 euros que le quedan por pagar.

La joven trabajaba como asistenta para una familia zaragozana, según ella como empleada del hogar, según la familia solo durante el fin de semana, para pasear al perro. En cualquier caso, desempeñaba sus labores sin contrato ni alta en la Seguridad Social.

En octubre del 2011, según admitió ayer al aceptar la condena, aprovechó su conocimiento de la casa para sustraer a lo largo de unas semanas varias joyas de la propietaria, por valor de 1.750 euros. Luego las empeñó en un comercio dedicado a la compraventa de oro.

Tras la denuncia de la anciana y la consiguiente investigación policial, lograron recuperar la mitad de las joyas antes de que el establecimiento las fundiera. Pero la ladrona confesa aún tenía que devolver los 875 euros en los que estaban estimadas las alhajas ya destruidas en el comercio, que la familia no podrá recuperar.

Hasta ayer, había podido reunir 500 euros, aunque con el compromiso adquirido ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza, tendrá tres meses para pagarlo y poder acogerse así a una posible suspensión de condena, porque carece de antecedentes y siempre que no reincida en los próximos meses.