El campeón de campeones es granadino. Pero el tercer mejor biciclista es de Tauste. El circuito, un auténtico "rompepiernas" y el viento, un enemigo fiel . Sobre vehículos todo terreno, pero de dos ruedas, sólo policías locales. De distintos puntos del país, eso sí.

El VII Campeonato de España de BTT (Bicicleta Todo Terreno) se celebró ayer en Zaragoza, en un duro circuito de ocho kilómetros por la zona del Tiro de Bola, el parque de atracciones, el monumento a la Legión, el canal Imperial y la calle Sarrión. El año pasado, en la competición de Amposta, se decidió que la del 2004 recaería en la Asociación Deportiva de la Policía Local de Zaragoza, El Chelegal .

Manos a la obra, los promotores zaragozanos buscaron un circuito que acabó siendo traidor para los corredores. "Nos han dicho que ha sido uno de los más duros. Había constantes subidas y bajadas, que implicaban fuertes cambios de ritmo y que dejaban una escasa capacidad de recuperación ", comentó Alfredo Andrés, miembro de la citada asociación.

No hubo percances de importancia ni caídas que exigieran especiales cuidados médicos. Aunque más de uno dio con sus huesos en el suelo y vio aparecer rasguños y morados que llevarse a casa.

Hubo hasta 115 policías locales de diversos puntos del país (en Aragón, se animaron doce de Zaragoza, uno de Tauste y otro de Tarazona). En la categoría absoluta ganó un agente granadino, Alvaro Martín, tras el que entró José León García. Ambos fueron también primero y segundo en la categoría Elite (para competidores hasta 35 años).

El tercero en absoluta fue un taustano, Rafael Ejea, que quedó el primero en categoría Senior (de 35 a 41 años). Hubo dos grupos de veteranos. En el A (de 42 a 49 años) triunfó Iñaki Leonet, de Rentería. En el grupo B (de 50 años en adelante), el pacense Antonio Pardo, de Almendralejo, se impuso a todos los demás. En cuanto a las mujeres, venció una leonesa, Eva María Sahagún.

La organización de este campeonato ha llevado de cabeza a los agentes zaragozanos, que han pasado seis meses cerrando detalles y viendo cómo "se cerraban las puertas más cercanas", en palabras de Alfredo Andrés. Poca ayuda institucional que ha obligado a perseguir patrocinadores: al final, una docena de sponsor .

Tras el esfuerzo, cena en el restaurante del parque de atracciones y entrega de trofeos. Por cierto, reproducciones en marmolina de la puerta del Carmen de Zaragoza.