El río Ebro a su paso por la capital aragonesa se ha convertido en los últimos días en un pozo de sorpresas para los naturalistas. A lo largo de este mes han sido avistados ya una nutria, junto al puente de Piedra, un castor, en otro de los puentes y, ayer mismo, un zorro, en las inmediaciones del Club Natación Helios. El animal llegó a acompañar al ciclista que lo detectó durante algunos metros, hasta que quedó agazapado en unas matas y desapareció.

La presencia de animales salvajes en la capital se hace cada vez más frecuente, sobre todo en las zonas más próximas a los montes.