El Ayuntamiento de Zaragoza ha desbloqueado el expediente para trasladar la perrera municipal a las instalaciones de una empresa privada ubicada en Las Jaras, en La Cartuja Baja. En abril del 2003, el pleno de la corporación zaragozana adjudicó por concurso a esta empresa la contrata de la instalación. Pero las trabas surgidas por la fuerte oposición vecinal del barrio obligaron a paralizar el proyecto y solicitar al Gobierno de Aragón un informe por si incumplía la normativa. El informe, que estudia la cercanía del Canal Imperial, ha resultado positivo.

APERTURA EN BREVE A falta de resolver determinadas cuestiones técnicas, el consistorio va a trabajar "lo más rápido posible" para ejecutar dicho traslado. El Departamento de Medio Ambiente desea que estos trámites no se prolonguen más de un mes, dadas las pésimas condiciones en las que se encuentran los animales que viven en la actual perrera, localizada en un suelo de la Facultad de Veterinaria.

Desde que se adjudicara el concurso, hace ya más de ocho meses, el ayuntamiento se ha visto forzado a prorrogar la contrata a la actual empresa a la espera de que se habiliten las nuevas instalaciones.

Las quejas de los usuarios en cuanto al estado de abandono de los animales allí guardados, así como los robos de perros de especies agresivas y el consiguiente trasladado de estos animales a la perrera de Huesca ante la falta de garantías urgían una rápida solución.

Los vecinos de la urbanización Torre Calvo de La Cartuja, apoyados por la asociación de vecinos y el alcalde de barrio, rechazan radicalmente la nueva ubicación en Las Jaras alegando desde inseguridad a una serie de incumplimientos legales.

Sin embargo, el servicio de Patrimonio del Gobierno de Aragón ha resuelto que los escasos 40 metros que separan los terrenos de la futura perrera del Canal Imperial de Aragón no le afectan negativamente. El Canal se encuentra actualmente en trámites de declaración de Bien de Interés Cultural.

Los vecinos también alegaron que la futura instalación debería levantarse a más de mil metros de cualquier vivienda, cuando la urbanización principalmente afectada se encuentra a unos 50 metros de distancia. Además, le recordaron al ayuntamiento la cantidad de robos de perros peligrosos que se producen para adiestrarlos para peleas.