La noticia de que la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza, Pilar Alegría, será la nueva delegada del Gobierno en Aragón sigue generando reacciones. Un día después de conocerse el nombramiento, los miembros de su equipo salieron a arropar a la concejala públicamente. «Seguiremos apoyándola», declaró la concejala María Ángeles Ortíz, que confesó que la decisión de Pedro Sánchez de colocarla al frente de la Delegación del Gobierno había generado «sorpresa» dentro del grupo que ahora tendrá que reinventarse y reconstruirse. «Va a hacer un magnífica labor», declaró, consciente de que «son cambios que surgen en la trayectoria profesional y en momentos políticos», añadió.

También el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, tuvo palabras para Alegría, a quien instó a que «el trabajo que no va a poder hacer en el ayuntamiento lo haga a favor del consistorio». Para el primer edil, el cambio de institución de Alegría «evidencia» que «no ha querido continuar con su trabajo». Sin embargo, miembros del entorno de la socialista explican que un cargo así, y por elección directa del presidente del Ejecutivo, no podía rechazarlo.

Hoy el Consejo de Ministros hará oficial su nombramiento y mañana aparecerá publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), por lo que Alegría renunciará a su acta, de la que dará cuenta en un pleno extraordinario que podría celebrarse también mañana o este viernes.

Hasta que la ejecutiva provincial del PSOE designe al que será el nuevo portavoz, Lola Ranera, asume esta función. Junto a Horacio Royo, es la única que mantuvo Alegría del equipo de Carlos Pérez Anadón y suena para asumir la portavocía, como también sucede con Royo. Este último Lambán quiso que fuera de número 2 en las listas de Alegría , pero esta le envió al número 6. También suena Ros Cihuelo, de la confianza de Juan Antonio Sánchez Quero, que está al frente de la ejecutiva.

Ana Becerril podría asumir el cargo en el pleno ordinario de final de mes.