El Banco de Alimentos de Zaragoza recupera la «normalidad» tras el descenso de su actividad a raíz de la pandemia de coronavirus. A finales de agosto consiguió alcanzar la misma cifra de reparto que el año pasado en esas fechas. La cantidad de kilos de alimentos distribuidos se sitúa en los 2,5 millones y espera superar «ampliamente» a final de este año los 4 millones repartidos en total en el 2019. «Con lo cual supongo que creceremos muchísimo este año, llegaremos a 4,5 millones fácilmente», dijo José Ignacio Alfaro, presidente del Banco de Alimentos de Zaragoza.

Este es un logro muy destacado, dado que han conseguido recuperarse después de que su actividad sufriera un parón en los meses de marzo y abril, se redujera en los siguientes, hubiera falta de muchos voluntarios y se atendiera a cinco entidades diarias, en lugar de catorce como habitualmente. Según Alfaro, se ha hecho un esfuerzo «brutal» de captación y distribución de alimentos durante julio y agosto para recuperar la bajada de los meses anteriores.

La organización ha solicitado a todas las entidades un censo para conocer cuánto han incrementado cada una su demanda. El censo total refleja más de 23.000 personas, pero Alfaro cree que están atendiendo a unas 26.000 aproximados en la provincia de Zaragoza, aunque la gran mayoría son de la capital aragonesa.

Cada entidad debe presentar la documentación para justificar el número de familias en relación a los alimentos otorgados. Aunque en ocasiones excepcionales como la actual se atiende inmediatamente, previamente sin documentación, y seguidamente se entrega. Las organizaciones han visto crecer su dotación de productos repartidos, con una diferencia muy significativa con respecto a otros años. «Unas han aumentado 30 familias, otras 20, en general todas han incrementado el número de personas a las que atienden», señala Alfaro.

Demanda en alza

«El año pasado íbamos cada vez a menos, teníamos menos entidades y menos personas atendidas y eso era una buena noticia, pero la tendencia ha cambiado a raíz del covid», apunta. Y calcula que en los meses de octubre y noviembre se disparará la demanda todavía más, «ojalá me equivoque», dice esperanzado. Puesto que entre las entidades más importantes que el Banco de Alimentos de Zaragoza atiende, hay alguna cuya ayuda ha subido en alrededor de 1.000 personas.

Otro de los cambios que ha generado la pandemia de coronavirus en la fundación es la donación económica, recibiendo una mayor cantidad de donativos que les permite comprar alimentos, «nosotros jamás comprábamos alimentos porque no teníamos dinero suficiente», explica el presidente.

Segundos platos

El Banco de Alimentos ha realizado una planificación hacia final de año y están adquiriendo segundos platos, gracias a que continúan llegando las donaciones económicas por parte de empresas y particulares. «Estamos comprando también caldo, muslitos de pollo, latas de sardinas, etc», indica.

Por otro lado, la vuelta a la normalidad también se ha dado entre el voluntariado. Mientras en estos meses pasados, se nutrían de voluntarios jóvenes, dado que muchos de los habituales correspondían a la población de riesgo, estos -en su mayoría jubilados- ya han regresado al trabajo.

Divididos por grupos, todos cumplen las medidas de seguridad requeridas y como medida preventiva se someterán a pruebas para evitar contagios de coronavirus y tener así un mayor control.

Uno de los integrantes, Manuel, afirmó que la red de voluntariado del Banco de Alimentos de Zaragoza está ya a pleno rendimiento. «Todos no han vuelto, pero la gran mayoría sí», precisó. Ahora, se han adaptado a la situación y toman todas las precauciones. Según Manuel, se sienten satisfechos por el trabajo realizado, «han respondido muy bien, tanto la gente, como proveedores, distribuidoras, supermercados...», detalló. «Estamos entrando en un cauce normal, aunque no tendría que ser normal realizar este trabajo», manifestó.