Noventa millones que ayer eran más de 115. Esa segunda cifra es la que The Governor and Company of the Bank of Ireland y Bank of Ireland Private Banking deberán pagar a Procom Desarrollos Urbanos y a Cecosa (Eroski) por el fiasco de la compra del centro comercial Plaza Imperial, acordada el 17 de mayo del 2007 e incumplida el 20 de febrero del 2009.

El Tribunal Supremo ha confirmado, en una sentencia que hizo pública ayer, las anteriores resoluciones del Juzgado de Primera Instancia número 54 de Madrid y de la Audiencia Provincial, que, tras declarar resuelto el contrato inicial, condenaron a las dos filiales del Bank of Ireland a indemnizar a la promotora del centro comercial y a la empresa de supermercados con 90.871.000 euros que, con el paso del tiempo y el correr de los intereses --el segundo tribunal modificó el fallo inicial en este apartado--, ayer se habían convertido en 115.825.441.

Las filiales del Banco de Irlanda acordaron en mayo del 2007, cuando la matriz --de fuerte participación estatal-- era considerada un emblema del tigre celta que años después acabaría zarandeado por la crisis financiera, la compra del 100% de las acciones de Procom Desarrollo Comercial de Zaragoza, una firma participada al 50% por Cecosa --del grupo Eroski-- y por Procom Desarrollos Urbanos que en aquellas fechas promovía el centro comercial Plaza Imperial. Los vendedores rechazaron otras ofertas y se inclinaron por la de los irlandeses, que ofrecían 360,5 millones de euros.

Sin embargo, el Bank of Ireland solo estaba dispuesto a aportar 140 millones. Acordó el resto de la financiación con la entidad alemana Hypo Real Estate Bank International, cuyas condiciones no fueron comunicadas a los vendedores y que finalmente se retiró de la operación. El banco irlandés dió por roto el trato en sendas cartas remitidas el 26 de septiembre y el 7 de octubre del 2008, tras lo que ejecutó los avales por 40 millones que las vendedoras habían emitido a cambio de un adelanto de esa cuantía.

La ocultación de las condiciones que impuso Hypo Real Estate quebrantaron el principio de buena fe que debía presidir el negocio, indica el Supremo. El tribunal avala que la indemnización alcance tanto a las pérdidas que tuvieron que asumir los promotores de Plaza Imperial como a los beneficios que no llegaron a obtener --el lucro cesante-- tras fracasar su proyecto, que se elevaba a 90 millones de euros.