El Consejo de Gobierno aprobó ayer el nuevo decreto de ayudas de comedor, que simplifica los trámites y reconoce el derecho de los becados a recibir la ayuda durante todo el año, por lo que los que hayan obtenido la ayuda durante el curso no tendrán que solicitarla en verano.

De este modo, las familias solo tendrán que facilitar en el centro educativo su número de cuenta bancaria para hacer efectivo el ingreso de la prestación de los meses estivales, según informaron fuentes del Gobierno de Aragón.

Con esta novedad, las ayudas de comedor dejan de ser una subvención para convertirse en prestación, lo que permite que todos los que necesiten una beca la reciban sin tener que acreditar sus condiciones personales con Hacienda o la Seguridad Social.

Según el Gobierno aragonés, este año hay 12.000 becados de comedor y 19.200 de material curricular, se han mejorado los requisitos de forma que el límite de renta es del doble del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), mientras que con el anterior Ejecutivo, según recordaron desde la Administración educativa, era de una vez.

Este año se han destinado 13,5 millones de euros a estas ayudas.

Esta modificación en el sistema de becas se une a adoptada hace unos meses por el departamento, que estableció que los niños que disfruten de beca para material escolar deberán entregar a los centros al final de curso los libros adquiridos a través de esta ayuda.

Así, a partir del curso 2018-19, los niños no podrán quedarse con esos libros, sino que deberán dejarlos en el colegio. La medida perseguiría la optimización de recursos enmarcada en la recuperación progresiva de la gratuidad anunciada por la Administración y que se ejecutará a través de la creación de bancos de libros en los centros.

De este modo, la entrega de este material por parte de los alumnos becados permitirá la creación de un remanente para ir armando ese sistema de préstamo.