Casarse es cada vez menos habitual en Aragón, por factores demográficos (hay menos gente para hacerlo) y, sobre todo, sociales. Y dentro de la paulatina caída de los enlaces, los celebrados por el rito católico son cada vez menos representativos. El año pasado fueron 1.139 de los 4.159 oficiados en Aragón, frente a los 3.002 civiles. Ya ni un tercio de los aragoneses, un 27%, optan por casarse por la Iglesia.

En este contexto, el anuncio realizado anteayer por la Conferencia Episcopal de que van a implantar un curso prematrimonial de dos años de duración para novios católicos no parecía una medida muy acertada para incentivar a unos contrayentes con cada vez menos fe. Sin embargo, en el Arzobispado de Zaragoza no creen que vaya a tener un efecto disuasorio, entre otras cosas porque es optativo y no sustituye al actual curso prematrimonial, de unas 20 horas, por el que deben pasar los prometidos.

FLEXIBLE

De hecho, según el portavoz del arzobispado, José Antonio Calvo, la iniciativa, bautizada como Juntos en camino +Q2, ni siquiera se puede considerar como un cursillo prematrimonial. Según expuso, se trata más bien de una «catequesis previa» para novios católicos, para que se preparen para la vida marital desde una perspectiva católica.

«En un contexto violento como el actual, en el ámbito familiar y sexual, queremos sentar las bases para el matrimonio» desde la perspectiva católica, indicó Calvo. Ni siquiera aunque fuese un curso obligatorio, que no lo es, remarcó, tendría por qué durar dos años, ya que contiene doce unidades temáticas cuyo desarrollo es flexible, según las parroquias o la pareja en cuestión.

Así pues, quienes sigan queriendo casarse por la Iglesia pero no pasar por esta formación podrán seguir haciéndolo, pese a que los obispos, al anunciar la iniciativa, pusieran en cuestión que 20 horas fueran suficientes para afrontar toda una vida en común. Más teniendo en cuenta el creciente número de divorcios, que achacaban a esta falta de preparación.

Calvo tampoco consideraba que esta iniciativa fuese a incentivar la elección de rito católico frente al civil, en auge. «Somos conscientes de que somos una opción más del mercado de las bodas que, también en las civiles, va a la baja», exponía. Ciertamente, los 4.159 enlaces del año pasado son más de mil menos que los 5.691 que se daban en el 2005. Y aunque, desde el 2010, las bodas civiles superaron por primera vez a las religiosas, ambas opciones van en franco retroceso.

TEMAS

El curso lanzado por la Conferencia Episcopal cuenta con doce unidades temáticas, que abarcan desde la espiritualidad a la sexualidad. En este ámbito, critica por ejemplo la pornografía, por incitar a la masturbación, ya que «puede suceder que alguien que esté acostumbrado a la masturbación no pueda descubrir la belleza de compartir la sexualidad con otra persona, o que no sea capaz de acompasarse a la otra persona».

También apuesta, desde la concepción católica, por mantener la virginidad en el matrimonio, «guardar lo más íntimo de tu cuerpo para donarlo a quien entregarás todo tu ser y con quien compartirás tus ilusiones, sentimientos, deseos, pensamientos y construirás un proyecto de vida en común». Y apuesta porque, en citas con amigos, los novios se sienten juntos o se sirvan las bebidas el uno al otro.

DIVORCIOS

Los divorcios en Aragón repuntaron el año pasado hasta los 2.538, casi 300 más que en el 2017, aunque hace más de un lustro que se mantienen en torno a los 2.400. Solo en el 2015 superaron ampliamente este registro, al alcanzar los 2.853. A ellos se añaden las separaciones, que también aumentaron de 101 a 122, pero vienen rondando el centenar desde hace años. Un tercer apartado, que también recoge el Instituto Aragonés de Estadística, serían las nulidades, que siempre aparecen de forma testimonial, sin superar nunca las 3.

Así, las disoluciones de pareja, pese a pequeños repuntes, se mantienen en niveles parecidos, cada vez más altos respecto al número de matrimonios, que va a la baja. De hecho, en el primer semestre de este año se celebraron 1.676 enlaces, que en proyección apenas alcanzarían 3.200 en todo el ejercicio (en el 2018 fueron 4.159), pero el segundo semestre del año suelen celebrarse más bodas, por lo que no se puede extrapolar.