El ministro de Defensa, José Bono, quiere compartir un cena privada con los familiares que viajen a Turquía con motivo de las celebraciones por el primer aniversario de la tragedia del Yak-42, que costó la vida a 62 militares españoles. Aunque así consta en el condensado calendario establecido por Defensa para el homenaje del próximo día 26, la asistencia de Bono podría peligrar porque el martes debe comparecer en el Congreso para explicar las líneas maestras de su departamento.

Defensa fletará un Boeing 707 del Ejército del Aire para los allegados que deseen asistir a los actos. El homenaje se celebrará una semana después de que 37 familias se sometieran a test de ADN en Estambul con el objetivo de comprobar si las identificaciones se realizaron correctamente. Entre las autoridades que asistirán al homenaje figuran el embajador de España en Turquía, Manuel de la Cámara, y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch.

Según el plan diseñado, los familiares partirán de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a las dos del mediodía del día 25 y llegarán al aeropuerto de Trabzon en torno a las ocho de la tarde.

Unas horas antes, sobre las diez de la mañana, se organizará otro vuelo para quienes acudan a Madrid desde Zaragoza. Los afectados que partan desde la Base Aérea de la capital aragonesa viajarán a Torrejón en una aeronave C-130.

El departamento dirigido por Bono inaugurará un monumento en la localidad Ma§ka, cercana a las montañas en las que se estrelló el aparato. Será en dicho municipio donde los ministros de Defensa turco y español den dos alocuciones. Posteriormente, la comitiva se trasladará al monte Pilav, donde se ha construido otro monumento en honor a los militares muertos en el siniestro y donde se hará una ofrenda floral, además de guardar un minuto de silencio. El regreso a España será a las diez de la noche.