El arte, el deporte o la guerra son algunas de las expresiones de la competitividad de la Antigua Grecia que están representadas en los más de 160 objetos de gran valor histórico que desde hoy se pueden observar en el Caixaforum de Zaragoza como resultado de un convenio de colaboración con el British Museum.

A través de esculturas, figuras de cerámica, vasijas, joyas, monedas, e incluso instrumentos musicales, el público podrá conocer de primera mano cuáles eran las costumbres de los griegos hace más de 2.000 años y comprender por qué hacían de la competición una forma de vida que se extendía por todas las disciplinas.

Un gran busto de mármol de Niké, la diosa griega de la victoria, preside la entrada de la exposición y da sentido a un recorrido que comienza con varias representaciones de deportes como el boxeo, el lanzamiento de disco, la jabalina o las peligrosas carreras de cuádrigas en las que participaban las personas más atléticas de la época.

"A los hombres les encantaba mostrar su anatomía durante las competiciones porque era una forma de agradecerle su cuerpo a los dioses", ha comentado el comisario de la exposición y experto en escultura y arquitectura de la Antigua Grecia, Peter Higgs, durante una visita con los periodistas.

En su explicación, Higgs ha detallado la importancia que tenía para los habitantes de la Antigua Grecia la celebración de los Juegos Panhelénicos, un evento deportivo que atraía grandes multitudes de personas y que, incluso, podía llegar a suspender temporalmente los conflictos armados.

"Existe una idea popular de que los griegos pasaban todo el día sentados hablando de filosofía pero también querían disfrutar de otros entretenimientos", ha señalado el comisario de la muestra.

De hecho, su forma de entender la rivalidad se extendía a otras especialidades como la dramaturgia o la música, tal y como se aprecia en las ilustraciones y objetos que transportan al público de la exposición hasta los concursos de teatro o los certámenes musicales donde trataban de triunfar los artistas locales.

Para Higgs, la sociedad actual es heredera de esta forma de comprender la competición y el mejor ejemplo son los concursos de cocina o diseño de la televisión que comparten el mismo formato con un jurado especializado que decide quién debe ser el ganador.

La guerra es otra de las grandes manifestaciones de la competitividad de la Antigua Grecia, cuyos estados y reinos estaban en constante conflicto y protagonizaron algunas de las batallas más recordadas por la literatura.

"Los griegos eran unos ancianos con 30 años", ha explicado el comisario, mientras se detenía frente a un traje bélico de la época y señalaba las diferencias entre los soldados que podían permitirse una armadura personalizada y los que tenían que combatir con una simple túnica.

La muestra también se detiene a analizar los principales héroes y mitos de la Antigua Grecia, como Hércules, Aquiles o Paris, cuyas hazañas aparecen constantemente en las ilustraciones y esculturas.

La última parte de la exposición se adentra en la rivalidad que padecían los griegos en su día a día, un recorrido que lleva al espectador a adentrarse en las diferencias étnicas o económicas que caracterizaban a los griegos y con las que se obsesionaban antes de su muerte.

Precisamente, una de las piezas de mayor valor histórico de toda la exposición es un friso encontrado en la tumba del rey Mausolo y que, por primera vez, ha salido del British Museum para incorporarse a otra muestra itinerante.

Este intercambio es posible gracias a un convenio de colaboración que firmaron las dos instituciones en 2015 y que el mes pasado han ampliado para que tenga vigencia hasta 2024, de forma que en Zaragoza se pueda seguir conociendo de primera mano hitos de la historia tan importantes cómo la competición de la Antigua Grecia.