El Canfranero sufrió ayer una doble avería en su recorrido entre Zaragoza y Canfranc. La primera de ellas fue antes de llegar a Sabiñánigo, donde tuvo que parar más de lo previsto para que un operario procediera a repararla.

La segunda avería se produjo a las 20.15 horas, cuando el convoy estaba a escasa distancia del final del trayecto, como a 100 metros de la estación internacional de Canfranc. En ese momento, sufrió un problema mecánico que lo dejó clavado en las vías, por lo que los cuatro viajeros que iban en su interior se apearon y, tras coger sus equipajes, se dirigieron andando a la terminal, según confirmó Renfe.

«Ha sido algo muy puntual», añadió la misma fuente, que negó que hubiera habido problemas en Sabiñánigo. «No tenemos ninguna constancia de ese problema», subrayaron.

Además, tal y como apareció recogido en las redes sociales, hubo problemas de climatización durante todo el viaje, por lo que en el convoy se alcanzaron temperaturas muy elevadas, con las consecuencias molestias para los ocupantes.

Esta doble avería vuelve a poner de manifiesto la necesidad en la que se encuentra la infraestructura, que necesita inversiones para mejorar tanto las vías como el material rodante, compuesto por trenes que acumulan muchos años de servicio y circulan con gran lentitud. De hecho, el recorrido entre Zaragoza y Canfranc se realizó ayer en cinco horas, según pusieron de manifiesto los usuarios.

El Gobierno de Aragón lanzó hace un año un ambicioso plan para transformar el entorno de la estación internacional de Canfranc, donde se levantarán apartamentos y hoteles y se mejorarán las instalaciones ferroviarias. Pero ese esfuerzo se ha concentrado en la terminal y no abarca las vías, que se deterioran sin que se realicen mejoras notables, solo en respuesta a problemas puntuales, como desprendimientos y hundimientos de la plataforma, mientras no hay fecha para la reapertura del tráfico con Francia.