Rafael Sánchez Benito ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por intentar asesinar a una prostituta con la que había quedado a través de Whatsapp en febrero de este año. Un desencuentro con el precio derivó en una fuerte discusión. La Audiencia Provincial de Zaragoza también le impone una indemnización de 2.000 euros a la víctima y una prohibición de acercarse a ella a menos de 300 metros durante cinco años.

Los magistrados consideran probado que, una vez en casa de la joven de 19 años, el procesado le puso una mano en la boca a la prostituta y, con una navaja, le cortó en el cuello produciéndole una herida de unos diez centímetros de longitud. Después le produjo cortes en la zona lumbar izquierda y en la zona torácica posterior.

GRITOS

Ante los gritos de Violeta, uno de los inquilinos de la vivienda salió de una habitación. En ese momento, Rafael Sánchez Benito espetó con el fin de marcharse que "le iba a matar". Una afirmación que ha pesado en su contra, debido a que su abogada Carmen Sánchez defendía el delito de lesiones. La víctima precisó para curar las heridas asistencia médica hospitalaria, sutura de heridas, reposo y tratamiento farmacológico.

El tribunal provincial estima que el procesado "actuó en la ocasión de autos con dolo directo de matar" debido al ataque de que fue objeto, "maniobra por sí misma susceptible de causar la muerte, habida cuenta la importante vascularización de la zona, donde se encuentran la carótida y la yugular".

Asimismo, resaltan que el empleo de una navaja es "un artefacto que por sí solo es susceptible de causar tal efecto letal".

La defensora de este joven señaló durante el juicio la levedad de las heridas, debido a que fue atendida en primer lugar por los inquilinos de la casa y ni precisó ningún tipo de cirugía.

Sin embargo, los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza valoranque "la necesidad de asistencia médica de que fue objeto tras acudir al hospital Miguel Servet de Zaragoza no era urgente".