El consejo extraordinario del Patronato de la Fundación Ciudad del Conocimiento acabó ayer en bronca política por la decisión de aplicar una reestructuración en el organigrama, que ha acabado con la destitución del hasta ahora gerente, Ricardo Pedrol, y manteniendo al frente al que su director, José Carlos Arnal, al que además le han bajado el sueldo para equipararlo al que tiene un jefe de servicio en el ayuntamiento. Críticas duras desde el Partido Popular y Chunta Aragonesista al Gobierno de Zaragoza (y más por lo primero que por lo segundo) porque entienden que esta medida responde más a una "afinidad personal" con el alcalde, Juan Alberto Belloch, que a méritos y capacidades de ambos. La Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento dota de contenidos al Centro de Arte y Tecnología, Etopia.

Así lo denunció ayer la concejala conservadora Paloma Espinosa, quien acusó al PSOE de "imponer desde la alcaldía a una persona que llegó desde la oficina de asesores de Juan Alberto Belloch porque ya no tenía hueco tras las elecciones", en referencia a Arnal, y que solo persigue dejar "bien colocados a sus amigos". A su juicio, es "el ejemplo de cómo se gestiona la ciudad: a golpe de alcaldadas y de amiguismos". Además, criticó que el alcalde quisiera "otorgarse plenos poderes en la contratación de personas y servicios por más de 12.000 euros", algo que finalmente no se produjo.

Desde Chunta, el edil Carmelo Asensio también insistió en que "esta fundación consta de una dirección general de Ciencia y Tecnología para colocar a exconcejales del PSOE, una jefatura de servicio de ciudad inteligente, con siete trabajadores, de cuyas capacidades no dudamos pero sí de que se tenga que crear una jefatura específica para colocar a las personas más cercanas al alcalde sin una función clara y delimitada". Por eso exigió "claridad y transparencia absoluta".

El nacionalista también denunció la falta de información con respecto a los usos que se dan en Etopia y los precios que se cobran por utilizarlas. Sobre todo en el caso de la residencia, donde nadie sabe explicar quienes pueden usarla, a qué precio y en base a qué y quiénes determinan que esa es la tarifa a cobrar y no otra. Una laguna que perdurará mientras el área de Economía y Hacienda del consistorio no apruebe una ordenanza fiscal que defina los precios públicos.

No existe y, en el caso de la residencia, ni existirá a corto plazo. Según fuentes oficiales del ayuntamiento, se está trabajando en esta ordenanza pero solo para precios públicos para el resto de instalaciones de Etopia. Las salas de exposiciones, las aulas de formación, oficinas, o las pantallas exteriores. Los que usan la residencia, unos 200 en el año que lleva abierto, siempre están vinculados a alguno de los programas que se desarrollan, 20 en total (aunque se prevén 75 personas más este año en otros 9). El coste asciende a "unos 20 euros por noche" y "corresponde a los gastos por los servicios de limpieza y conserjería nocturna" que abona el organizador.