«Opel/PSA no es el paraíso que os venden». Con esta frase se abren los pasquines que los sindicatos CGT y Stopel han repartido esta mañana en la plaza España de Zaragoza, donde han celebrado una concentración contra los contratos precarios, por la defensa de la salud y los descansos para evitar el aumento de la accidentabilidad en la planta automovilística. Dos centenares largos de personas se reunieron desde las 11.30 horas en lo que supone un paso previo a los paros convocados para finales de mes. Son tres turnos de huelga: los sábados 22 y 29 en horario de mañana, y el viernes 28 por la noche. Al igual que la manifestación, no han sido secundados por el resto de la representación sindical en la fábrica de Figueruelas. De hecho, han acusado directamente de presiones tanto a CCOO como a UGT, además de a la empresa.

«Todos sabemos de qué pie cojean UGT y CCOO. Dicen exactamente lo que quiere la empresa y solo se preocupan por mantener los puestos de trabajo, pero no por las condiciones ni por la salud o el salario de los trabajadores. Al final, sin salud no hay trabajo», ha explicado Daniel Montejo, de Stopel, que ha añadido que las coacciones «también vienen directamente de la empresa», algo en lo que ha incidido Santiago Arcos, de CGT: «Han empezado una campaña de desprestigio a nuestros sindicatos y están colaborando, además, en otra de coacciones y de miedo para que no se hagan los paros, incluso para que la gente no acudiera a esta manifestación».

Desde CGT aseguran que al otro lado «entienden que en el convenio está todo y que hay que trabajar en las comisiones de trabajo, pero llevamos meses haciendo eso. Nosotros ya planteamos posibles soluciones y no hay resultados. Se ha aplicado un nuevo sistema, que ha aumentado la actividad un 120% y esto supone una carga de trabajo muy rápida que está ocasionando, día a día, más accidentabilidad y un absentismo como el que no ha habido nunca en la planta. Entendemos que está relacionado directamente con el proceso productivo y se pueden tomar medidas, por ejemplo, en cuanto a ergonomía para proteger la salud».

En Stopel entienden, además, que la gente que lleva 25 o 30 años en Opel «tiene que salir de una manera digna y que la persona que lo sustituye se quede indefinido, no como el ERE camuflado que se estaba aplicando. Si el ERE extintivo -461 trabajadores de más de 61 años- tiene unas condiciones dignas estaríamos dispuestos a hablar, pero antes de decir sí o no, hay que negociar. Si ahora hay represalias, nosotros tomaremos las nuestras. Mal arreglo tiene esto si seguimos así», ha concluido Montejo mientras de fondo martilleaba incesante el megáfono: «Estos acuerdos los firman los cerdos...».