Todos los sectores implicados en el arte de los fogones, desde los maitres a los empresarios de la restauración, secundaron ayer la presentación del I Plan de Gastronomía Aragonesa, una iniciativa pionera de la DGA que contará con un presupuesto de partida de 321.000 euros para potenciar la formación, la innovación y la promoción de la cocina regional. El pistoletazo de salida dejó con buen sabor a los presentes que dieron muestra de su apuesta culinaria disfrutando de un menú pantagruélico, en cuyos siete platos se incluyeron los alimentos de Aragón. Y, de paso, El Cachirulo aprovechó semejante lifara para inaugurar su nueva sala, con el provisional nombre de Bodega Zaragoza.

Los objetivos

"Convertir a Aragón en referente en la innovación, realizar una apuesta por la calidad, reforzar las señas de identidad gastronómica, conseguir una mayor difusión de los alimentos de la comunidad...". Estos son algunos de los objetivos que, según el director general de Turismo, Benito Ros, contempla el plan. Para ello, utilizarán una estrategia dividida en dos fases, realizando primero una especie de estudio de mercado y un análisis de cómo se están haciendo las cosas para ponerse manos a la obra a partir de enero.

"La idea es incidir en la mejora del sector, mediante distintas actividades sociales, como un nuevo foro culinario; formativas, mediante talleres; de innovación, a través del proyecto de Alta Cocina y Tecnología (Alcotec); y de promoción, como la publicación de la Agenda de la gastronomía", explicó Ros.

Todo este plan se presentará en Madrid Fusión, feria de prestigio que acaba de conceder precisamente un premio a Alcotec. Pero, de momento, la idea ya recibió ayer el visto bueno testimonial de la mayoría de los sectores implicados en la gastronomía.

De hecho, la presentación consiguió reunir en torno a una única (y gran) mesa a al consejero de Industria, Arturo Aliaga, los directores generales de Turismo y Fomento Agroalimentario, Benito Ros y Pedro Orduña, a Emilio Lacambra, José Luis Yzuel y Mariano Bergua, de Horeca, al presidente de Cafés y Bares, Angel Díaz, los ídem de las asociaciones de Sumilleres (Pepe Puyuelo), Cocineros (Domingo Mancho) y Maitres (Carlos Orgaz)... No faltaron Antonio Llano, de Turismo de Aragón, representantes de la Academia de Gastronomía, como Juan Barbacil y Martínez Urtasun, ni las de las denominaciones de origen, como Pedro Aybar, de Borja. Hasta Jesús Acín, director de El Cachirulo, se unió a la mesa. Y, para completar el plantel, Aliaga se llevó consigo a invitados de excepción, como Antonio Morlanes, de Aragonex, y Juanjo Puertas, de Ecoinvest.

Brindaron con cavas de Bordejé, blancos del Vero, rosados de Calatayud, tintos de Cariñena y moscatel de Borja. Buen arsenal para empapar el carpaccio de boletus, las amanitas con aceite, los cardos con queso de Ejea, las alubias de Luesia, el dúo de ternasco y cochinillo, el bioyogourt de melocotón y el milhojas de chocolate que cocinaron Víctor Marta y su equipo. "Al final, lo que quedan no son las palabras, sino las sensaciones", vaticinó Ros. "Y esto es un espaldarazo a las sensaciones más sabrosas, que son parte del turismo".