Los trabajos para volar de manera controlada una parte del puente de Gelsa, en la carretera A-221, comenzaron ayer con el serrado de los tableros en la estructura del paso elevado para delimitar los efectos de la voladura, cuya decisión está ya tomada. La estructura de este puente está muy dañada tras los grandes deslizamientos del terreno registrados la pasada semana en la carretera A-221, que une Quinto y Gelsa, junto al río Ebro, y que mantiene cortada la circulación desde el pasado lunes, día 15, así como la de la vía férrea Zaragoza-Caspe-Barcelona, que pasa por debajo del mismo.

Según un comunicado del Gobierno de Aragón, la situación de la carretera no ha experimentado variaciones importantes en las últimas horas, mientras se llevan a cabo algunos trabajos previos para obtener el mayor grado de información posible que, posteriormente, derive en las actuaciones de reposición de daños con el "máximo grado de seguridad y efectividad".

DRENAJE La Dirección General de Carreteras de Aragón lleva a cabo trabajos de drenaje en las zonas cercanas a la vía ferroviaria para conocer con exactitud el volumen de las aguas subterráneas, con el objetivo de interceptarlas en su momento, para que no sigan influyendo en un mayor deterioro de la zona afectada.

Un ingeniero de minas culmina por su parte la redacción del proyecto de voladura, cuya decisión está ya absolutamente tomada, y en principio, si no se producen novedades en las próximas horas, la voladura se centraría en los dos primeros vanos del paso elevado. Una vez que el proyecto de voladura esté terminado se remitirá a la Delegación del Gobierno para obtener el permiso necesario para llevarla a cabo, asegura el comunicado.

Ayer ya se iniciaron los trabajos de serrado de la estructura para delimitar los efectos de la voladura, operación se llevó a cabo tras la instalación de una grúa, que sirve de apoyo a los operarios que ejecutan la actuación sobre la zona.

BATIMETRIA Por otra parte, hoy se incorporan a la zona afectada operarios y técnicos de una empresa que llevará a cabo una batimetría (toma de topografía) para conocer con exactitud la situación y comportamiento de los suelos sobre los que discurre el cauce del Ebro.

Asimismo, se trabaja en el seguimiento de las grietas (aparecidas en la carretera) para acumular una información que servirá en el momento en que se inicie la fase de reposición de los daños, y continúan los trabajos para habilitar los dos desvíos alternativos.

El desvío que saldrá a la N-232, en torno a los cinco kilómetros, está ya totalmente desbrozado y con zahorra artificial en más de un kilómetro. A lo largo de la semana quedará extendida la zahorra, trabajos que finalizarán el viernes y ya en la próxima semana se iniciarían las tareas de tratamiento superficial del firme.

De la misma forma se está trabajando en la habilitación de un segundo camino, con salida al término de Pina, aunque en este caso es de mayor longitud.