Con la llegada, hoy, del verano comienza oficialmente la temporada de rebajas para el pequeño comercio aragonés, aunque las grandes superficies y franquicias tendrán que esperar al 1 de julio para dar el pistoletazo de salida, según la orden aprobada en noviembre pasado por el Gobierno de Aragón.

Los comerciantes, sobre todo los textiles, intentarán compensar la mala temporada de esta primavera-verano con fuertes descuentos. El descenso de las ventas, provocado por una meteorología poco favorable, ha traído consigo la proliferación en las últimas semanas de promociones y descuentos previos a la campaña oficial que hoy se inicia, y que se prolonga hasta el 1 de septiembre. Este incremento de carteles con ofertas muy variadas está provocando no sólo el desconcierto en el consumidor, sino la desnaturalización del significado de la campaña de rebajas.

Para compensar la ventaja que de por sí tienen las grandes cadenas con su potencial publicitario, el Ejecutivo autonómico decidió el pasado año adelantar una semana la campaña de rebajas al pequeño comercio. Fue en invierno del 2004 cuando se probó por primera vez este sistema, aunque la respuesta fue bastante desigual y la gran mayoría de los pequeños establecimientos no apostaron por el adelanto, sino que esperaron a los grandes,

La orden publicada por el Departamento de Industria, Comercio y Turismo únicamente fija el periodo en que debe llevarse a cabo esta modalidad de venta estival según el tipo de establecimiento. Sin embargo, es cada comercio el que, libremente, elige la fecha de inicio y fin de las rebajas, siendo como mínimo de una semana y un máximo de dos meses.

Empresarios y consumidores solicitan desde hace tiempo un debate sobre el sentido del concepto de rebajas. Las antiguas esperas y largas colas ante las puertas de un gran almacén el primer día de rebajas son ya historia.