La comisión de investigación que las Cortes van a crear para analizar la gestión de Plaza ha causado malestar en el seno del PSOE. Una tensión que se extiende al resto de partidos, enfrentados entre sí por los plazos, la temática, e incluso el modelo que debe tener el grupo de trabajo.

Sin embargo, son los socialistas lo que están más tocados y divididos. El líder del PSOE, Javier Lambán, tomó la difícil decisión de apoyar a CHA e IU en su iniciativa de pedir una comisión de investigación. "No podía hacer otra cosa", aseguraron ayer desde su entorno. Algo que no ha sentado nada bien a algunos de sus diputados. Por ejemplo, a los exconsejeros de Obras Públicas, Javier Velasco y Alfonso Vicente. Tampoco a Eva Almunia, esposa del exviceconsejero imputado Carlos Escó, que verá embargados sus bienes, al no poder pagar la fianza de más de 18,8 millones de euros que le impuso el juez --a repartir con el exgerente de Plaza, Ricardo García Becerril, y el propietario del Real Zaragoza, Agapito Iglesias--. Otros aforados, cercanos a Marcelino Iglesias, muestran más cautela en su malestar. Comprenden la postura de su secretario general. Y también el enfado de los que pueden verse obligados a declarar en esa comisión.

"LINCHAMIENTO"

La más afectada es la que fuera consejera de Presidencia y candidata al Pignatelli Eva Almunia, que ayer recibió el apoyo cerrado de su grupo. "Su situación personal es muy complicada, con el marido imputado y sus bienes embargados", explicaron fuentes socialistas. Durante el pleno parlamentario no dejó de recibir llamadas. Desde su entorno aseguran que está tranquila, aunque muy afectada por la situación. Mantiene la inocencia de su esposo y se ve "indefensa" ante el "linchamiento" al que está siendo sometida, junto a su familia.

La tensión en las filas socialistas alcanza al resto de grupos. El PP anunció ayer que está estudiando la ampliación del plazo de trabajo de la comisión de investigación, pactada por PSOE, CHA e IU en seis meses. Los populares estiman que no es suficiente y así lo propondrán la próxima semana. Plantean incluso que el grupo centre su atención más allá de Plaza. Algo que no aceptan los tres partidos de la izquierda, que temen que los conservadores quieran dilatar las convocatorias para aproximarse a las elecciones del 2015. A todo ello se une el enfrentamiento entre el PAR y el PSOE. Los socialistas no entienden que los aragonesistas se laven las manos de Plaza cuando estuvieron gobernando juntos y hubo directores generales del PAR en Obras Públicas.