Especialistas de la Guardia Civil rescataron la madrugada del pasado miércoles a dos jóvenes escaladoras que se quedaron enriscadas en un corredor del pico de Peña Telera, en el Pirineo de Huesca, y que no habían podido continuar por un collado cercano al sorprenderles la noche.

Según informó ayer el instituto armado, la voz de alerta sobre la situación en la que se encontraban las montañeras en el corredor, conocido con el nombre de María José Aller, fue dada sobre las 17.30 horas de la jornada del miércoles. Las escaladoras eran dos jóvenes de Jaca, de 25 y 21 años.

Los especialistas desplazados de forma inmediata a la zona remontaron el corredor y se situaron en un punto ubicado a unos 60 metros de desnivel por encima de las montañeras. Desde esa posición tuvieron que rodear un complicado paso para poder descender hasta ellas.

Tras comprobar que se encontraban ilesas aunque con síntomas de hipotermia debido a las bajas temperaturas registradas, los especialistas proporcionaron bebidas calientes y algo de comida a las jóvenes antes de comenzar el descenso en difíciles circunstancias.

El grupo de rescate y las montañeras jaquesas tuvieron que realizar seis rápeles consecutivos para superar los 500 metros que les separaban de la pared de la montaña, y luego continuar a pie hasta el punto donde se encontraban los coches oficiales de la Guardia Civil, al que llegaron sobre las 5.00 horas de la madrugada del miércoles, según precisaron fuentes del cuerpo.

Tras este suceso, la Guardia Civil de montaña reiteró ayer la necesidad de adoptar todas las medidas de precaución necesarias y de no acometer aquellas escaladas, travesías o excursiones que rebasen nuestras fuerzas y capacidades.

CAMBIO DE TIEMPO / Por otro lado, quienes se dispongan a realizar actividades de montaña el próximo fin de semana deberán tener en cuenta que se espera un recrudecimiento del tiempo invernal en las cumbres pirenaicas a partir del domingo.

Según la información facilitada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se acerca un fuerte frío que traerá consigo fuertes vientos y nevadas a partir de los 600 metros, lo que afectará sobre todo a las partes más elevadas de la cordillera pirenaica.

Este cambio beneficiará a las estaciones de esquí, donde apenas ha nevado desde noviembre, pero complicará las salidas por la montaña. Además, se producirá un marcado descenso de las temperaturas, tanto de las máximas como de las mínimas.