La nueva edición de la Escuela Taller Ciudad de Caspe arrancó ayer una vez aprobada por el Instituto Aragonés de Empleo. En el proyecto presentado, los participantes, repartidos en tres módulos: carpintería, albañilería y revestimiento, realizarán tareas de rehabilitación del ala norte y de las fachadas exteriores del Convento de Santo Domingo. Edificio en el cual se han centrado las tres ediciones anteriores.

Teresa Francín, alcaldesa de la Ciudad del Compromiso, se mostró muy satisfecha ante el inicio de esta nueva fase, que asciende a unos 600.000 euros, una cifra similar a la invertida en la campaña anterior, y que en este caso están destinados a la "creación de una nueva infraestructura turística".

Sólo unos días antes, el pasado 15 de diciembre, se clausuró la Escuela Taller Ciudad de Caspe III, que ha dado ocupación y formación teórico-práctica a otro grupo de jóvenes durante dos años. Además de las obras del convento, en estos dos años se ha acondicionado el mobiliario urbano de edificios municipales y plazas públicas, como el Colegio Compromiso o la Escuela de Música.

Al acto asistieron, entre otros, la alcaldesa de Caspe, Teresa Francín, y el director provincial del Instituto Aragonés de Empleo, Manuel Edo Hernández, quien aseguró que "las escuelas taller son los planes estrellas del Inaem", en la medida en que ofrecen una completa cualificación profesional, experiencia y altas posibilidades de inserción laboral.

Los jóvenes aprenden un oficio, adquieren experiencia profesional y, a la vez, realizan un destacado servicio de utilidad pública o interés social, como en este caso es la "recuperación del patrimonio artístico", explicó Edo.

El director de la escuela, Francisco Javier Cortés, natural de Caspe, aseguró también que el objetivo es la inserción laboral de estos jóvenes. En este sentido, además de la formación "es importante una orientación adecuada para acceder al mercado laboral y para reforzar la autonomía personal".

En cuanto al convento, hasta hace poco en estado de ruina y foco de actos vandálicos, muestra ahora, gracias a estos ocho años de trabajos, un aspecto muy renovado. Sito frente a la estación de ferrocarril, se trata de un edificio de notable valor histórico cuya construcción comenzó en 1570 y finalizó en 1711.