ARPA puede presumir de la calidad humana de sus trabajadores, quienes en plena crisis sanitaria se han volcado con la necesidad de la comunidad y desde el lunes no han apagado el motor de sus máquinas de coser y las planchas para confeccionar mascarillas.

Esta empresa aragonesa de La Muela está especializada en equipos móviles de campaña. «Hacemos hospitales e infraestructuras de salud de campaña, para los organismos que ayudan en esta clase de situaciones. Trabajamos para ministerios de salud, organismos multilaterales como la ONU, o Cruz Roja, y sobre todo también con el ejército de diferentes países», explica Clara Arpa, CEO de la entidad.

Sin embargo, desde la declaración de estado de alarma, su trabajo se ha ampliado a nuevos campos altruistas, como el de las mascarillas. A raíz de la propagación del covid-19, en ARPA actuaron rápido. «Cuando vimos que esto se nos echaba encima, recurrimos a nuestros proveedores para ver de qué materiales podríamos disponer. Es cierto que falta mucho equipamiento médico», comenta Clara Arpa. Por ello, sacaron ventaja de su experiencia, conocimiento y relaciones, para intentar traer, junto a otras empresas, 900.000 mascarillas. Reto en el que están trabajando con una empresa española en China.

De momento, de sus instalaciones salen centenares de mascarillas de algodón, confeccionadas por sus propios empleados de manera voluntaria, con un gramaje especial, para que se puedan lavar y ser reutilizables. La iniciativa comenzó con cuatro trabajadores, que se ocupaban de cortar, coser y planchar. «El próximo lunes estaremos quince personas, queremos hacer dos turnos con ayuda de la Asociación Tutelar Aragonesa de Discapacidad Intelectual (ATADES) y conseguir hacer 5.000 mascarillas cada cuatro días», indica la CEO, quien, ilusionada, añade que «son cosas que de normal no hacemos, pero ahora es lo que hace falta».

Paqui Rivero es la precursora de la idea, tras enterarse de la falta de material en el hospital clínico. «Clara respaldó mi iniciativa y mis compañeros me dieron el apoyo, y por supuesto el esfuerzo de llevarlo a cabo», explica. Paqui, Mari, Pablo y José Manuel comenzaron la confección con una tela de algodón que tenían de excedente, y en los sucesivos días, diferentes particulares han donado material, incluso sábanas, algunas de ellas procedentes del hospital Miguel Servet.

Ahora en su jornada también les acompañan compañeros de otras secciones de ARPA. «Hay algunos que han aprendido a coser, otros empaquetan, lo hacemos entre todos», según Paqui Rivero. De momento, se acercan al medio millar conseguidas, pero su reto se cifra en 5.000 mascarillas, las que les ha solicitado el hospital. Un desafío altruista que afrontan con valentía y solidaridad. Para Rivero, esta labor supone mucho y se siente muy agradecida por el apoyo de Clara y sus compañeros. «Han pasado muchos compañeros emocionados, se han ido llorando y nos han dado la enhorabuena», recuerda.

Además, siguiendo el espíritu de su negocio, ARPA ha diseñado soluciones rápidas ante la situación, ya solicitadas por hospitales de Madrid. La CEO de la empresa indica que «son módulos o contiendas de campaña, sencillos, pero como si fuera una habitación de hospital».

La sociedad de La Muela, con 80 empleados, trabaja con «organizaciones que deben estar preparadas para las emergencias», en España, pero además de otros países como Chile, Argentina, Brasil, República Dominicana, Angola, Sudáfrica, Italia, Francia o Arabia Saudí, interesados por sus equipos.

Arpa asegura que están trabajando en nuevos equipos y soluciones para los próximos días, y destaca el carácter social y solidario que caracteriza a su empresa. «Al margen de que nos dedicamos a esto, si podemos hacer las mascarillas, tenemos el conocimiento y la posibilidad, aunque nos cueste un esfuerzo, en el fondo también es una satisfacción. Se trata de dar lo mejor de nosotros mismos», concluye.