Las creencias religiosas, en particular en las manifestaciones de fe popular que provocan aglomeraciones en las iglesias, no se libran del efecto de la pandemia de coronavirus. Esos apretones a la puerta de los templos resultan peligrosos y el Arzobispado de Zaragoza, al igual que todas las diócesis aragonesas, se ha apresurado a tomar medidas que suponen reordenar la afluencia de fieles, rompiendo así con una tradición secular.

Estas medidas de control de los aforos ya empezaron con la Navidad y continuaron con las festividades de san Antón, san Fabián y san Sebastián y san Valero. Y ahora le ha llegado el turno a la Candelaria (que es una tradición muy arraigada en Barbastro), san Blas y santa Águeda, que se suceden durante la primera semana de febrero y concitan un gran movimiento de devotos en los templos que les están consagrados o que cuentan con capillas a ellos dedicadas.

Todas ellas concitan el fervor popular y por ello las parroquias piden la colaboración a creyentes. Así, mañana se celebra la tradicional fiesta de san Blas en El Gancho. Normalmente, hasta ahora, es un día en el que cientos de zaragozanos y visitantes acuden a la iglesia parroquial de San Pablo a rezar ante el santo y participar en las misas. Hasta que llegó el covid-19, las puertas estaban abiertas en su horario habitual. Pero ahora se podrá acceder dentro unas horas concretas: de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas.

Las misas se celebrarán, por la mañana, a las 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 horas; y, por la tarde, a las 17.00, 18.00, 19.00 y 20.00 horas. Al término de cada una, serán los sacerdotes quienes se acerquen a los fieles para bendecir los alimentos, lo que marca un cambio sobre lo anterior.

En el interior del templo estarán habilitados dos recorridos diferentes. Uno llevará al altar mayor para participar en las diferentes misas que se realicen a lo largo del día. El segundo permitirá el acceso directo al retablo de san Blas.

Sin veneración al busto relicario

El busto relicario de San Blas estará expuesto junto al altar mayor, pero este año no habrá veneración de la reliquia. Para evitar aglomeraciones, la parroquia propone a los fieles planificar la visita a san Blas a lo largo de toda la semana del 1 al 5 de febrero, en la que el templo permanecerá abierto de 10.00 a 12.00 y de 18.30 a 19.30.

El viernes 5 de febrero es santa Águeda y no podrá desarrollarse con la modalidad acostumbrada. Así lo comunicó la comisión permanente del consejo pastoral de la parroquia de Nuestra Señora del Portillo. Por la mañana, se realizarán las visitas (teniendo en cuenta el aforo y las medidas de seguridad). Las filas que se formen deberán guardar la debida distancia.

Por ello, el Arzobispado pide a todos que acudan escalonadamente, dado que el aforo es muy limitado y que no se podrá entrar hasta que lo indique el personal de control. Por la tarde, se celebrarán tres misas y el acceso al templo solo será para aquellos que vayan a participar.

7.000 candelas

Por su parte, Barbastro celebró ayer la 509 edición de la Feria de la Candelera de una manera bien distinta a lo habitual, aunque conservando algunos de los actos más tradicionales, como la bendición de caretas y candelas en la catedral.

En esta ocasión, en lugar del multitudinario reparto en la plaza del Mercado, las 7.000 candelas y 4.000 caretas se distribuyeron en los establecimientos comerciales. La fiesta, sin puestos de comerciantes en la calle, ensalza el hecho histórico que dio origen a la Feria de la Candelera, privilegio otorgado por la reina Germana de Foix --segunda esposa de Fernando el Católico-- en 1512, con sendas recreaciones históricas.