En un ambiente hostil y caldeado que crece por momentos, Andorra recibirá mañana la visita de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que cumplirá así con el compromiso adquirido hace dos meses con el presidente aragonés, Javier Lambán, cuando Endesa confirmó que cerraría la térmica a mediados del 2020. Sobre ella recae toda la presión y esperanza de esta zona de la provincia de Teruel, que teme por futuro ante la falta de alternativas y el fin del sector minero-eléctrico, del que dependen en torno a 600 empleos directos y varios miles más de forma indirecta.

Vecinos, trabajadores afectados y agentes sociales están coordinando acciones de protesta para hacer ver a Ribera la gravedad y preocupación por esta situación. En algunos balcones de la villa minera ya son visibles crespones negros y pancartas reivindicativas para denunciar el abandono de Teruel, pero esto es solo el principio. La asociación de empresarios de la comarca hará hoy un reparto masivo de carteles de Se vende entre vecinos y comerciantes, a los que se ha pedido que tapen con ellos sus escaparates para «hacer ver en qué puede convertirse Andorra».

Los sindicatos, el comité de empresa de la térmica y la plataforma de trabajadores de las subcontratas de Endesa y de las minas también preparan medidas de protesta -ayer se reunieron con este objetivo- para expresar su malestar e indignación.

POCAS EXPECTATIVAS

Aunque el fin de esta industria viene trazado desde hace años por la política medioambiental europea, con la complicidad del Gobierno central, el posicionamiento de Ribera contra el carbón ha sido tajante desde que asumió el cargo, por lo que su figura levanta ampollas en las zonas mineras. Las expectativas sobre su visita son además escasas entre los agentes sociales y alcaldes de la zona, que reclaman un compromiso firme del Gobierno central para que se haga efectiva la «transición justa» del carbón que preconiza. «Ojalá nos dé una sorpresa», confesaba ayer un sindicalista.

Ribera estará acompañada por Lambán, con quien mantienen una tensa relación a cuenta del carbón y otros asuntos. El mandatario pidió el pasado sábado a la ministra y a Endesa que «dé la cara» por las comarcas mineras y ayuden a «poner en pie una economía alternativa».

AGENDA SIN CERRAR

La agenda de actos de la jornada sigue siendo una incógnita. «Todavía no se ha cerrado», señalaron ayer fuentes del ministerio, que destacaron la «apuesta personal» y la «coherencia» de Ribera por llevar finalmente a cabo esta visita aunque sea consciente de que se producirá en un ambiente incómodo.

Además de Andorra, es muy probable que visite Ariño, donde el cierre de la mina de Samca ha elevado la preocupación de los vecinos sobre el futuro de este municipio al dejar en el aire 150 empleos de las subcontratas de esta explotación y de la de Foz Calanda, que también se paró.

Desde entonces se vienen produciendo en la zona cortes esporádicos en las carreteras, sobre todo en los accesos a la térmica, mediante la quema de neumáticos. Ante la creciente conflictividad y la visita de la ministra, la Guardia Civil ha reforzado sus efectivos en la zona.