Lo que empezó como una denuncia por un atraco terminó con el esclarecimiento policial de al menos 58 robos en trasteros, ocurridos a lo largo del pasado mes de junio en comunidades de los barrios zaragozanos del Actur y el Arrabal. La confesión del inicial denunciante, que quería incriminar a dos de sus compañeros de fechorías, ha permitido a la Policía Nacional resolver estas sustracciones, y los agentes investigan si pudieron ser más. No en vano, al menos dos de los cinco ahora arrestados ya contaban con antecedentes por hechos similares.

Según informó la Jefatura Superior de Policía de Aragón, el joven, a la postre uno de los detenidos, denunció que dos conocidos suyos habían irrumpido en su casa y se habían llevado, intimidándole, diversos enseres como pago de una deuda por una supuesta reparación de un teléfono móvil que les había llevado.

Los dos conocidos a los que identificó ya eran conocidos por los agentes a raíz de anteriores detenciones por hechos similares, aunque tienen antecedentes variados, según fuentes policiales.

En cualquier caso, las identidades pusieron sobre la pista a los agentes, y durante el interrogatorio al testigo este acabó deslizando que él mismo había participado en algunos robos de trasteros anteriores junto a sus dos atracadores, entre otros.

En ese momento, explicó la Policía, se le informó de que pasaba de ser testigo a detenido, y tras el arresto y la llegada de su abogado, continuaron con el interrogatorio. La investigación condujo al arresto de los dos incriminados inicialmente, así como otros dos supuestos integrantes de la banda.

A esta le imputan 15 robos en comunidades, en las que forzaron los citados 58 trasteros, de los que se llevaron principalmente bicicletas de alta gama, aunque también herramientas y otros objetos.

Los trasteros se han convertido en los últimos años en objetivo prioritario de los rateros, y por tanto de la Policía, que ha creado un grupo específico para la investigación de estos hechos, con varias bandas detenidas. Se recomienda esperar a que se cierre la puerta del garaje al entrar, para dificultarles el acceso.