Agentes de protección de la naturaleza del Gobierno aragonés han denunciado a un multitudinario grupo de cazadores que tomaban parte en una batida de caza en una zona boscosa en el Parque Natural de la Sierra de Guara (Huesca) que se encontraba sumida en una densa niebla, sin prever los riesgos derivados de la falta de visibilidad.

Según informa el Ejecutivo autónomo, la Ley de Caza prohíbe la realización de cacerías en zonas afectadas por la niebla debido al peligro que supone la realización de disparos en condiciones de escasa visibilidad.

Los cazadores fueron sorprendidos por los agentes el pasado día 1 de este mes en la zona de la batida, que no habían suspendido a pesar de la niebla.

Según las fuentes citadas, la Sierra y los Cañones de Guara es uno de los espacios naturales protegidos aragoneses que presenta un mayor número de visitantes, por lo que la presencia de excursionistas, montañeros o senderistas en la zona "podría haber supuesto un enorme riesgo al no resultar visibles para los cazadores a causa de la niebla".

Tras la paralización de la cacería, los agentes revisaron los puestos de caza y comprobaron que todos los participantes disponían de la documentación necesaria para el ejercicio de la caza.

Sin embargo, en la inspección comprobaron que la lista de participantes en la batida había sido falsificada para posibilitar la participación de un buen número de cazadores que no tenían permiso.

Además, otros nueve de los cazadores que participaban en la cacería no aparecían en ningún listado.

Los agentes detectaron igualmente que alguno de estos cazadores carecía de la documentación necesaria para portar el arma.

Dadas las irregularidades detectadas, los agentes abrieron diligencias para ponerlas a disposición de los Servicios Jurídicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.

Las fuentes citadas aseguran que la mayor parte de los cazadores participantes en esta batida ya fueron denunciados hace unos meses por un presunto delito contra la salud pública.

En esa ocasión, los agentes detectaron la presencia de 40 jabalíes en una balsa de agua próxima al municipio de Alberuela de Laliena.

La rápida intervención de los agentes impidió que las piezas de caza pudieran entrar en la cadena de consumo humana, en una operación en la que intervino la Guardia Civil de Huesca.

Los detenidos en dicha ocasión, uno vecino de Pamplona y otro de Guipúzcoa, no tomaron medida alguna para evitar que el calor afectara a la carne de los animales durante los dos días de duración de la partida y finalmente la trasladaron a la capital navarra con la supuesta intención de comercializar el producto.

Las investigaciones se iniciaron en la mañana del pasado 20 de octubre, a partir de la localización en el interior de una pequeña balsa ubicada en el término municipal de Bierge (Huesca) de más de cuarenta cadáveres de jabalí sumergidos en el agua y desprovistos de sus vísceras.