El desdoblamiento de la carretera N-232 entre Figueruelas y Gallur afronta estos meses la recta final de una obra muy demandada en Aragón y a la que ni siquiera la pandemia del coronavirus está pudiendo frenar. Le quedan los últimos meses de trabajo y avanza «en plazo» para estrenar la autovía «en octubre o noviembre». Y eso que el pasado lunes retomaba la actividad tras 15 días de parón impuesto por el Gobierno central a toda actividad no esencial.

Ahora el objetivo es solventar las restricciones a base de personal a pie de obra y, en este sentido, se encuentra en su pico más alto de ejecución, con más de 150 operarios en estos 14 kilómetros que separan ambas localidades. El nivel de ejecución actual está próximo al 70%, pero en los cinco o seis meses de trabajo que restan este porcentaje crecerá a mayor velocidad que en los años que llevan las obras en marcha. Ahora, al menos, pese a la importante reducción del tráfico diario en la N-232 y que vecinos y visitantes no pueden transitar cerca de los trabajos, las imágenes de los largos subtramos ya asfaltados de la segunda calzada dan paso a la esperanza de verla finalizada este mismo año, que no habrá más retrasos ni esperas.

Avance desigual

Así, tiene todas las estructuras de hormigón prácticamente finalizadas y los accesos muy avanzados, dejando como hito más relevante a culminar en lo que resta el que dará acceso al municipio de Pedrola. La convivencia con el tráfico, muy inferior al habitual pero aún presente, complica un avance más ágil de su ejecución. Pero ni siquiera el parón de las dos semanas anteriores ha pospuesto la fecha prevista de finalización. Será en otoño de este mismo año y quedará a la espera del segundo tramo, el que conecta el acceso a Gallur con la localidad de Mallén, en el extremo más próximo a Navarra, para terminar este desdoblamiento que Aragón lleva décadas esperando.

Este segundo tramo del desdoblamiento de la N-232 lleva un ritmo distinto, empezó más tarde y el cumplimiento o aumento en lo que afecta al porcentaje de ejecución va más lento ya que ahora se centra en el movimiento de tierras y la explanación del terreno. De hecho, en su extremo más próximo a Navarra, pasada la localidad de Mallén, ni siquiera ha comenzado por los múltiples servicios afectados.

Su estado actual nada tiene que ver con el tramo Figueruelas-Gallur, pero su nivel de ejecución ya se encuentra en el 36% de obra terminada. Aún así, mantienen la previsión de terminación de la infraestructura en el mes de septiembre del 2021. Es la fecha firmada con las contratistas y a falta de casi año y medio es pronto para saber si se verá alterada con el desarrollo de los trabajos que están por llegar.

A pie de obra, a pesar de las restricciones que impone el decreto de alarma estatal y tras el parón de 15 días que culminó el pasado día 13, se puede constatar que hay un total de 50 trabajadores entre técnicos y operarios de las empresas contratadas. Así, de los 15 kilómetros de los que consta el tramo, se encuentran en fase muy avanzada de movimiento de tierras más de la mitad del tramo, es decir, en torno a ocho. Se está actualmente trabajando en una zona próxima al enlace de Gallur, para dar continuidad en el futuro al tramo que acaba este año desde Figueruelas, y quién sabe si se aplica una apertura escalonada de subtramos. Y avanza a buen ritmo, aseguran las fuentes consutadas por este diario.

En la parte donde los trabajos de explanación todavía no se han podido iniciar, pasado Mallén, se está aún a la espera del desvío de los servicios afectados como riegos, conducciones de gas y líneas eléctricas. Sin embargo, está previsto que a lo largo de la actual primavera puedan comenzar. Mientras, respecto a las estructuras de hormigón, ya se pueden ver finalizados hasta cuatro pasos superiores y se está trabajando para que durante este verano se puedan iniciar las restantes desde el enlace de Gallur al de Mallén, así como las estructuras que salvan el río Huecha.

Nada que ver con el tramo entre Figueruelas y Gallur, donde se localizan dos puntos claves a afrontar en los próximos meses para culminar con éxito en otoño. Así, mientras las labores de asfaltado ya ocupan de forma constante a una veintena de trabajadores, las infraestructuras presentes en el entorno de la estación de servicio de La Imperial, el acceso a Pedrola, que salva la calzada que ahora utilizan los conductores (y obligará a desplazar el tráfico en siete u ocho fases diferentes), y el viaducto en el barranco del Bayo son los hitos pendientes más complejos.

Sin embargo, la circulación ya se ha ido derivando de forma paulatina a la nueva calzada ya terminada en la primera fase de la obra. Solo dos estructuras faltan por terminar, el paso elevado del polígono industrial de Gallur -ya tiene las pilas levantadas- e iniciar la del viaducto del Bayo. Este se iniciará en cuanto se desvíe el tráfico a la altura de La Imperial, en breve. Colocar tableros y rematar calzadas será parte de esta fase de ejecución, que se encuentra sin duda en su pico más alto de actividad.

Cinco años después

Viendo la imagen actual quedan muy lejos ya todas las complicaciones que ha atravesado el desdoblamiento de la N-232. De hecho, hace ya cinco años que se adjudicó el primer tramo y tres del primero. Vivieron ambos muchos meses de negociaciones sobre los modificados de obra que ha acabado elevando la factura global de la obra en 8 millones de euros más, 3,9 adicionales en el primero y en torno a cuatro también en el segundo, aunque este todavía no está firmado.

En la segunda mitad del 2018 arrancó la ejecución del tramo de Figueruelas a Gallur que está próximo a terminar. En el camino, un encarecimiento del 9,8% sobre los 41,5 millones por los que se adjudicó a la UTE formada por Ferrovial y Grupo MLN. El segundo tramo, el de Gallur-Mallén, fue adjudicado por 49,75 millones en mayo del 2017 a la UTE formada por Copisa y Grupo Sando, pero también tuvo que esperar al 2019 para ese despegue con un modificado con incremento económico similar, de en torno al 9%.

Así, estos 24 kilómetros de autovía (A-68) acabará costando en torno a 8 millones más de los 90 por los que se adjudicaron. Pero al menos ya se ve el final del túnel al desdoblamiento. A unas obras entre Figueruelas y Gallur que deberían haberse entregado en abril del 2019 (fecha oficial que manejaba el Ministerio de Fomento a la firma de la adjudicación), atendiendo al plazo dado en el contrato formalizado en el 2015. Por su parte, el tramo entre Gallur y Mallén, culminará a finales del 2021 pese a que, con 6 meses de plazo fijado en la adjudicación, debería haberse entregado por estas fechas.