Una joven de 27 años fue arrestada anteayer por, presuntamemente, asesinar a su bebé de menos de tres meses. Una llamada del centro de salud Fuentes Norte de Zaragoza, el pasado 21 de noviembre --donde se presentó la mujer con el cadáver--, volvía a generar sospechas en la Policía Nacional, ya que otra de sus hijas había muerto hace dos años y, al parecer, también lo intentó con una tercera.

Hoy, esta mujer de origen marroquí pasará a disposición de la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, Mercedes Terrer, para declarar por un delito de asesinato, si bien también será interrogada por los otros dos hechos.

Para los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) no hay duda de que hubo una "actitud homicida", debido a que la niña no falleció por muerte súbita, tal y como se creyó inicialmente, sino que fue por asfixia, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. No tuvieron dudas en señalar esto en el informe que enviaron a la jueza quien, de forma diligente, decretó el secreto de sumario a la vez que movilizó a la Brigada de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía en Aragón para que se hiciera cargo de la investigación y arrestara a la joven.

ANTECEDENTES

Las pesquisas tratan de aclarar si esta mujer también asesinó a su primer bebé y si lo intentó con otra hija, que actualmente está tutelada por el Gobierno de Aragón.

De hecho, este segundo incidente, ya fue investigado en su día por el Cuerpo Nacional de Policía ante lo extraño del suceso. Incluso, según pudo saber este diario, estuvo vigilada por cámaras para ver su comportamiento con la niña, pero no observaron nada delictivo y su actitud era normal.

Sin embargo, esta nueva muerte puso en alerta a la Policía, quien trabaja con la hipótesis de que esta mujer ha realizado algún tipo de ritual religioso, propio de los bereberes, etnia a la que pertenece. Al parecer, según fuentes consultadas, la joven estaría en la creencia de que sacrificar a sus hijas ayuda a eliminar al maligno de su interior. De ahí que acabara, supuestamente, con la vida de dos de ellas y tratara de hacerlo con otra, que pudo sobrevivir.

Los tres meses serían la edad máxima para poder realizar el ritual. Todo apunta a que la jueza podría ordenar la exhumación del cadáver del primer bebé para confirmar si sus sospechas son ciertas.