La Policía ha detenido a una joven de 29 años por robar en la casa donde trabajaba como limpiadora, y a su marido por ayudarle a vender el botín, según calculan los agentes les podría haber reportado unos 4.000 euros. Es el segundo caso de este tipo que se conoce en dos días consecutivos, tras el arresto por parte de la Guardia Civil de otra empleada doméstica, en Cuarte.

En este caso, L. G. L., de 29 años, se aprovechó de la confianza de su empleadora para hacerse con la llave de la caja fuerte, de la que fue robando joyas y otros efectos poco a poco. Según los investigadores, su marido, R. D. G., de 37 años, le ayudaba vendiendo los objetos en establecimientos de compro oro. De hecho, cuando le detuvieron acababa de deshacerse de una cubertería de plata de 3.000 euros. A él le imputan un delito de receptación, y a su mujer, de hurto.