Estaba tan orgulloso de lo que hacía que se delató a sí mismo. La Policía Nacional detuvo al grafitero al que trataba de identificar y localizar tras pintar en un centenar de fachadas de Calatayud, gracias a que llevaba estampado en sus zapatillas la misma firma que plasmaba en las paredes. Unos actos que serían calificados de vandálicos y que se sancionarían de forma administrativa, pero un día decidió actuar en la fachada de la colegiata de Santa María la mayor e incurrió en un delito contra el patrimonio. Había atentado contra un bien declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La investigación la llevaron a cabo agentes de la Comisaría de la Policía Nacional de Calatayud que llegaron a montar un dispositivo especial, ya que había, tal y como señalaron desde la Jefatura Superior de Policía, «cierta alarma social entre los bilbilitanos». Se trataba de firmas o símbolos que, según las mismas fuentes, pretendían «marcar el territorio por parte de su autor y reivindicar pensamientos políticos, llegando incluso a incitar al odio hacia determinados colectivos, como por ejemplo el policial: «A.C.A.B (all cops are bastards/todos los policías son unos bastardos)».

Zapatillas que llevaba el detenido.

Uno de los dispositivos establecidos al efecto permitió la identificación del joven, B. R. A., de 19 años y sin antecedentes, que vestía unas zapatillas que se encontraban rotuladas de manera idéntica a las pintadas que podían encontrarse en la localidad.

El estudio realizado por el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Calatayud en cuanto a los perfiles, firma, el calibre del trazo o el gesto de la escritura ha permitido atribuir a esta persona la autoría de más de cien pintadas similares aparecidas en la ciudad, ascendiendo en un primer momento los daños causados al mobiliario público a treinta mil euros.

Igualmente, los agentes han conseguido imputar al detenido un delito sobre el patrimonio histórico, por unas pintadas localizadas a principios de año en la Torre de la Colegiata de Santa María la Mayor de Calatayud, la cual es considerada desde el año 2001 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, siendo su valor incalculable.

Las diligencias practicadas tras la detención de esta persona han permitido abrir nuevas líneas de investigación tendentes a la imputación e identificación de hechos similares, lo que podría multiplicar la cuantía de los daños ocasionados.