El Gobierno de Aragón ha admitido que se hizo "la vista gorda" durante bastante tiempo con la pesca ilegal practicada por turistas alemanes en el embalse de Mequinenza. Unas actividades ilegales contra las que este año se han intensificado los controles.

Según apuntó a este periódico el director general de Medio Natural de la DGA, Alberto Contreras, este hecho obedecía a "la falta de medios" existente para actuar contra los infractores, pero algunos pescadores de la zona indicaron que esa actitud respondía a "intereses ocultos que no tienen nada que ver con la necesidad de más efectivos".

Contreras señaló que a principios de este año se produjo una serie de contactos con la Guardia Civil, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Benemérita y los propios agentes del Medio Natural para aumentar la "coordinación y las labores de vigilancia", que se saldaron hasta el mes de mayo con 160 denuncias, más del doble que en años anteriores. Ahora bien, tal y como informó este periódico más de cien fueron interpuestas exclusivamente por agentes del Seprona de Fraga (Huesca), a pesar de que la zona bajo su control es reducida. Sin embargo, el director general de Medio Natural no explicó cuándo ni cómo aumentaron los medios para poder ampliar en un año el campo de acción contra estos furtivos.

"Los turistas que acuden a Mequinenza conocen la normativa vigente, ya que siempre reciben folletos explicativos. Pero cumplirla es otra cuestión", apuntó Contreras.

Este grave problema medioambiental comenzó a constatarse hace más de un año, cuando el Seprona fragatino, que se ha incautado este año de más de 300 cañas, descubrió que algunos turistas alemanes no respetaban la legislación de la pesca aragonesa. Entre las infracciones más habituales figuran las capturas con cebos ilegales, el incumplimiento en las tallas o la pesca fuera de los horarios permitidos, entre otras.

Pero en algunas ocasiones, la gravedad de estas prácticas era mucho mayor, ya que algunos agentes llegaron a requisar neveras repletas de peces. Las especies más amenazadas por estos saqueadores del embalse son el black bass o perca americana, la perca autóctona, el lucio-perca y la carpa. En el caso de la carpa, los turistas suelen emplear los ejemplares para la pesca del siluro o bien para el consumo, ya que en Centroeuropa se consideran de gran calidad culinaria.

El propio presidente de la Federación Aragonesa de Pesca y Casting (FAPC), Ramón Rodríguez, pidió recientemente más dureza contra quienes cometan estas tropelías en Mequinenza. En declaraciones a este diario, aseguró que muchos alemanes actúan en el embalse "como si fuera la selva". "Hace tiempo que reclamamos un mayor control. Sabemos que en algunas zonas ya se han hecho importantes esfuerzos, pero hay que trabajar más para evitar estas acciones", afirmó Rodríguez.