No era difícil augurar que la irrupción de Vox con 12 diputados en Andalucía iba a estar presente de una u otra forma en la actualidad política de toda España durante semanas, si no meses, hasta las elecciones autonómicas. Lo que quizá no era tan previsible es que el debate sobre la formación ultraderechista, sus posibles alianzas y si es mejor o peor que otro partido político igual de legal como es Bildu, lo protagonizasen ayer el consejero de Hacienda Fernando Gimeno y el diputado popular Antonio Suárez a cuenta de una pregunta de este último sobre la situación financiera aragonesa.

En rigor, la mecha del debate la prendió el presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, durante su comparecencia sobre su viaje a China. La portavoz de Ciudadanos, Susana Gaspar, había afeado a la DGA que se relacionase con el presidente chino Xi Jinping, y en su último turno de palabra, sin posibilidad de contrarréplica, Lambán le dijo que Xinping es «una mezcla de Olof Palme y de los fundadores de la democracia americana comparado con Vox», afeándoles una hipotética alianza en Andalucía.

En realidad, como luego recalcó el diputado Javier Martínez, ellos están en la tesis de que deberían gobernar, por ser el partido que más ha crecido, frente al «batacazo» bipartidista. En escaños, lo mismo que Vox, 12.

Pero curiosamente, o no, quien respondió al envite de Lambán primero fue el diputado popular Antonio Suárez, quien durante su pregunta sobre la situación financiera a Gimeno reprochó a los socialistas que reprendan los pactos con Vox cuando para auparse al Gobierno central «pactan con batasunos e independentistas catalanes. Tienen una jeta que se la pistan», añadió.

Desde ese momento, los pactos buenos y malos, los separtistas y los ultraderechistas fueron trufándose en las intervenciones económicas, poniendo a prueba la paciencia de la presidencia de las Cortes, que llegó a llamar a l orden a Suárez. Para el diputado de CHA, Gregorio Briz, es un debate que «no nos interesa ni a ustedes (derecha) ni a nosotros (izquierda), porque alimenta a Vox». Si eso es cierto, no parece que le vaya a faltar nutrición a la formación de Santiago Abascal de aquí al final de la legislatura.

En cuanto a la situación financiera, teórico objeto del debate, Gimeno auguró que este año se logrará el equilibrio presupuestario, sin déficit.