Dos ciudadanos iranís, Mohsen y Sahim Riazaty, que son padre e hijo, han denunciado a una empresa agrícola ubicada en Lérida por explotarles laboralmente. "Nos trajeron a Monegros, desde Valencia, para recoger cebollas, pero no nos hicieron contrato, nos cobraban precios abusivos por la vivienda y, cuando reclamamos nuestros derechos, nos amenazaron y maltrataron", explica Sahim, que tiene nacionalidad española.

El asunto lo tramita la Inspección de Trabajo de Huesca, dado que la Comisaría del Cuerpo Nacional ha concluido que no existe delito y que los hechos podrían constituir una falta administrativa.

Ambos ciudadanos iranís fueron alojados en una infravivienda de la localidad de Grañén que, además, tuvieron que reformar. Permanecieron allí, duante todo el pasado mes de julio, con otros otros 15 temporeros más. "Cada uno de ellos pagaba un total de 100 euros de alquiler", relató Sahim, quien aseguró que su progenitor llegó a ser "abandonado" en medio de los campos de cebollas, "sin comida y sin agua", con el fin de que los vigilara de noche.

"Los problemas se complicaron más cuando nos negamos a firmar el contrato laboral que nos ofrecían, porque estaba lleno de irregularidades", comentó el joven iraní, que ahora vive con su padre en el albergue de Huesca.