El proyecto del embalse de Mularroya, en Valdejalón, está en el aire. Una reciente sentencia de la Audiencia Nacional ha dicho que la obra es «nula» desde el punto de vista legal porque incumple la Directiva Marco del Agua. Y la entidad ecologista SEO BirdLife, que se opone al depósito de agua junto a la asociación Jalón Vivo, exigió ayer que se ejecute la resolución judicial y se inicie de forma inmediata la restauración a su estado anterior de la zona ocupada por el dique.

Mientras, el Gobierno de Aragón, por boca del consejero de agricultura, Joaquín Olona, calificó ayer la sentencia de «pésima noticia para la agricultura familiar y para la lucha contra la despoblación». Olona, que criticó las visiones «prístinas» e «idílicas» de la naturaleza, advirtió de que, en un «territorio árido» como el aragonés, «no cabe hablar de agricultura sin regulación hidrológica».

La sentencia, la cuarta ya que resulta adversa para los intereses de los regantes del Jalón, no es firme todavía y puede recurrirse en casación.

"No dice que se pare la obra"

Un recurso que depende enteramente del Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que impulsa el proyecto. En cualquier caso, señalaron ayer en el organismo de cuenca, «la sentencia», de 34 folios, «no dice en ningún párrafo que se pare la obra».

El abogado Abel La Calle, que planteó la demanda en nombre de las entidades que se oponen al proyecto recordó ayer que el Ministerio para la Transición Ecológica «toda vía dispone de un plazo de 30 días para decir si recurre en casación ante el Supremo».

Sin embargo, La Calle apuntó que «es improbable que la Confederación Hidrográfica del Ebro no quiera continuar con el proyecto», pese a que la resolución deja claro que la obra ha producido «un deterioro no evaluado correctamente de la masa de agua» y a que tampoco puede acogerse a las excepciones contempladas en la Directiva Marco Europea del Agua (DMA).

Tener en cuenta a las generaciones futuras

Esta normativa, aprobada a principios de siglo y aplicada desde el 2003 en la Unión Europea, endureció de forma notable las condiciones para realizar obras hidráulicas que causan un daño irreparable a los ecosistemas acuáticos.

«La directiva marco se rige por un principio de solidaridad o respeto intergeneracional que impide llevar a cabo proyectos que destruyen el hábitat en perjuicio de futuras generaciones», subrayó La Calle.

Por su parte, Luis Tirado, de SEO BirdLife, señaló que, «en realidad, las obras de Mularroya son un trasvase más que un embalse, puesto que suponen hacer un canal de comunicación entre el río Jalón y el río Grío».

Pero Tirado dudó de que esa obra, que implica la utilización de una tuneladora para perforar las laderas de las montañas, sea factible a la vista de «los informes geológicos que advierten» de los riesgos inherentes a la operación.

Una obra muy avanzada

De todas formas, la obra del embalse, al menos en lo que se refiere a la presa, está ya hecha al 70%, por lo que entra dentro de lo posible que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico siga adelante por la vía judicial con el fin de que se pueda completar todo lo que está previsto construir.

Los propios regantes del Jalón, en las localidades situadas aguas abajo de la presa, han depositado muchas esperanzas en la mejora de los regadíos, que son esenciales para consolidar y agrandar los cultivos de frutales.

Por eso en estos momentos, todas las miradas están pendientes de la instrucción que finalmente comunique el ministerio a Alicia Manrique, la abogada del Estado, en el sentido de que recurra el fallo o deje pasar el plazo sin apelar al Supremo.