Ana Gastón lidera, desde el centro de salud de Utebo, un proyecto de Atención Comunitaria destinado a reducir la tasa de obesidad y sobrepeso infantil en el municipio (alrededor de un 20%). La pediatra basa su plan en el almuerzo, fomentando la sustitución de los alimentos procesados por los naturales.

-Llama la atención la considerable fluctuación de los porcentajes de sobrepeso infantil en Aragón.

-En algunos casos, hablamos de pueblos muy pequeños en los que la población infantil es muy reducida. Tomamos los datos a partir de los niños que han ido a las revisiones de Atención Primaria, pero insisto en que en algunos casos, como Villel, donde creo que había tres niños en el estudio, la proporción no es muy valorable. Pero sí lo es, por ejemplo, en Zaragoza, donde hay barrios con un altísimo porcentaje, como Las Fuentes, mientras que en otros apenas llega al 15%.

-¿A qué se debe?

-Fundamentalmente, a la parte cultura, social y económica. Todo eso influye más que lo que hacemos nosotros. Las teoría se la sabe todo el mundo, también los padres, pero el niño puede que no cumpla la dieta por no ser distinto a los demás. El niño que come sano parece el raro. Además, una manzana barata tiene la misma calidad nutricional que una cara, pero, si te vas a la parte procesada, disponer de un poder adquisitivo más alto puede permitirse pagar un producto malo, pero un poco menos que el que puede permitirse alguien con menos recursos. De ahí este proyecto, que trata de suprimir lo procesado del almuerzo y con publicidad escrita. Los niños miden sus fuerzas y saben qué almuerza el otro. Más que la consulta, eso es lo que es, en mi opinión, realmente importante.

SEnDHay algún objetivo númerico?

-Repetir lo que se hizo en Amsterdam, donde se aplicó un programa parecido y la tasa bajó un 10% solo quitando lo procesado del almuerzo y propiciando la presencia de fuentes en lugares de juego en lugar de máquinas con zumos o batidos.

SEnDEso requiere colaboración institucional...

-El Ayuntamiento de Utebo colabora mucho estudiando dónde juegan los niños para instalar ahí fuentes no metálicas para que el agua no se caliente mucho en verano y que mantengan su temperatura. Estamos en continuo contacto. También favorece que los cuatro colegios de Utebo son públicos y con una forma de trabajar similar y jornada continua. Y todos los niños tienen el pediatra en el mismo centro de salud.

SEnD¿Cree que la idea es extrapolable al resto de provincia o comunidad?

-Si funcionara, sería bueno extrapolar esto a nivel político. Resultaría básico dar un toque de atención a la escuelas, empezando por el almuerzo. Ya hay dos programas en los colegios: uno de leche y otro de fruta, pero los niños no saben beber leche blanca porque desde pequeños se han acostumbrado a azucaradas.