La Audiencia de Zaragoza ha impuesto a D. M., un empresario aragonés, dos años de prisión y una responsabilidad civil de 440.572 euros por defraudar a la Tesorería de la Seguridad Social mediante la creación de un «entramado ficticio de empresas» relacionadas con la construcción entre los años 2013 y 2014 en la capital aragonesa. Asimismo, ha sido condenado a abonar una multa de 800.000 euros.

Para darlas de alta se sirvió de testaferros, personas que contactaba y que, por una cantidad de dinero, realizaban la tramitación sin saber qué estaban haciendo en realidad. Estos hombres de paja no tomaron ninguna decisión empresarial, según la sentencia, y han sido absueltos. Su papel, recoge el fallo, se limitaba a figurar en las escrituras como administradores de derecho. Entre las empresas ficticias creadas destacaba una denominada Tesmon Job SL.

En el juicio, que tuvo lugar la pasada semana en la Audiencia de Zaragoza, el fiscal y el letrado de la Seguridad Social solicitaron cinco años y seis meses de cárcel a cada una de las cuatro personas acusadas de defraudar presuntamente 606.940 euros.

"Competencia desleal"

Pero Miguel Pardos, abogado defensor de D. M., solicitó la absolución de su cliente alegando que «no hubo fraude». «Se dio una situación coyuntural que impidió que D. M. pudiera hacer frente a las cuotas de la Seguridad Social porque tenía muchos impagos», subrayó Pardos.

D. M., que estaba a la cabeza del grupo de empresas, cuatro en total, dio de alta en la Seguridad Social a 168 trabajadores de distintos gremios, desde electricistas a soldadores, entre otros. «Creé esas empresas por razones de operatividad», afirmó el acusado, que precisó que «pagó muchos meses» a la Seguridad Social antes de tener «problemas de tesorería».

"No solo defraudó a la Seguridad Social, sino que, además, constituía un caso claro de competencia desleal", señalan fuentes judiciales.