Reforzar la comunicación entre los mayores que viven en residencias en Aragón y sus familias gracias a las nuevas tecnologías es el objetivo que persiguen las donaciones de más de 700 tabletas de empresas y particulares, para que se sientan más acompañados durante el confinamiento al estar prohibidas las visitas.

Durante el último mes y medio las comunicación de las familias ha sido través del teléfono y de las nuevas tecnologías, pero ahora se va a reforzar gracias a esos dispositivos, cuyas donaciones gestiona el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).

Una de ellas proviene de la iniciativa personal "Hable con ellos", del oscense Alberto Ibor, un ingeniero industrial residente en Madrid que ha conseguido 566 tabletas donadas por empresas que se van a repartir por 318 residencias de Aragón.

Su propuesta ha sido posible gracias a la colaboración de la Sociedad Deportiva Huesca, Ecomputer y Transportes Callizo, así como la Plataforma Huesca Suena junto al Departamento de Ciudadanía del Gobierno de Aragón, que aporta los medios necesarios para la adquisición de tarjetas SIM, ha informado el Gobierno de Aragón.

Estos dispositivos llegarán a las residencias desde este domingo, 3 de mayo, coincidiendo con el Día de la Madre, una fecha especial para poner en práctica esta iniciativa altruista y humanitaria.

A ellas se sumarán, a partir del lunes 4 de mayo, las 100 tabletas que Orange ha facilitado al IASS esta semana y que irán destinadas a las residencias públicas.

Por otro lado, CaixaBank, a través de su Departamento de Acción Social, colabora con una donación otros 25 dispositivos que ya se han entregado, y otras 35 para las próximas semanas que esta vez se destinarán a centros residenciales para personas con discapacidad.

El Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, también ha proporcionado 15 tabletas al IASS, que se han distribuido a sus residencias propias para reforzar una labor que también se ha realizado telefónicamente con el objetivo de informar, tranquilizar y acompañar a las familias y a los residentes en esta complicada situación.

La ventaja que ofrecen estos dispositivos es que hacen más real la comunicación y permiten configurar una agenda de videollamadas y programar así que cada residente tenga una hora y día fijados para la conexión con sus familiares, explica Alberto Ibor.

"Entregué primero una tablet con tarjeta SIM -que compré yo mismo- a la residencia donde está acogida mi abuela. Después hablé con los compañeros de "Huesca Suena" y me animaron a escalar la idea y llevar las tablets a más residencias de forma colaborativa. Ellos han estado muy involucrados en la pandemia con una campaña de crowfunding para conseguir material médico", cuenta Ibor.

De este modo, y tras contactar con el IASS para detectar qué centros tenían una necesidad especial, decidió extender su iniciativa a todo el territorio aragonés, hasta llegar a las 566 tabletas en 318 residencias.

"Nuestra idea es repartir a razón de una tablet por cada 50 residentes, de modo que en todas las residencias haya 1, 2 o incluso 3", detalla.

Asimismo, se elaborarán unos tutoriales para explicar el funcionamiento de las herramientas que se usarán en el dispositivo.

Por otra parte, Acción Social de Caixabank entregó hace dos semanas un primer lote de 25 tabletas cedidas por Samsung. En una segunda tanda, se van a repartir 35 más tanto por residencias de mayores de las tres provincias como por centros para personas con discapacidad, como Atades o Aspace.

También se ha llegado a los centros COVID-19 de Gea de Albarracín y Alfambra.

"Durante el confinamiento, la interacción personal ha quedado inevitablemente mermada y, aunque existen medios tecnológicos para mitigarlo, no siempre se dispone de ellos, especialmente en el caso de entidades que se ocupan de colectivos vulnerables", manifiesta el responsable de Acción Social de Caixabank en Aragón, Javier Muñoz.

Este mecanismo permitirá centralizar las llamadas y servirán a una doble finalidad: aliviar el confinamiento de las personas mayores y que sus familiares pueden comprobar que su ser querido se encuentra bien.

Además, se garantizará la desinfección de los aparatos cada vez que se usen.

"Lo que más me gusta de este proyecto es que no tiene por qué terminar cuando acabe el COVID: tiene que servirnos para concienciarnos de que debemos hacer más fácil la vida a nuestros mayores con la tecnología de la que disponemos actualmente", concluye Ibor.