Llega la primavera, y con ella el buen tiempo y los días más largos que las noches. Las especies animales que hibernan despiertan de su letargo y comienzan a salir de su escondite. Por lo que no es tan extraño encontrarse un erizo en plena Gran Vía zaragozana.

Un erizo que recogieron el pasado martes los agentes de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Unidad de Conservación del Medio Natural del Ayuntamiento de Zaragoza, la denominada Unidad Verde. Creen que pudo salir del río Huerva. Finalmente, el animal fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca para ser atendido por los veterinarios del establecimiento.

Según recordó Alberto Esteban, responsable de la Unidad Verde, encontraron otro «hace poco en las oficinas del parque de atracciones y fue liberado en una zona natural del propio parque», porque «no sabemos si estos animales tienen crías en la zona en la que los encontramos y si los alejamos de ellas, no podrían sobrevivir». El número de erizos que puede recoger la Unidad Verde en las calles zaragozanas oscila «entre los 25 y los 35 a lo largo del año».

Lo primero que hacen los agentes de esta unidad, según aseguró Esteban, es «identificar la especie, capturarla y, dependiendo de las condiciones en las que se encuentre, soltarla directamente en la naturaleza o trasladarla al centro de Recuperación de Fauna Silvestre donde es examinada, curada en el caso de que esté herida y liberada de nuevo en la naturaleza».

No muy lejos, por el distrito de Juslibol, esta misma unidad recogió en la calzada una culebra de escalera muerta, aunque no son las únicas que se dejan ver por la ciudad. También es muy normal ver culebras de agua y bastardas, que son inofensivas, por cualquier zona municipal. Claro que «encontrar este tipo de animales siempre crea alarma social y cuando las vemos las alejamos en cualquier solar urbano». A lo largo del año, suelen recoger «entre 20 y 30, sobre todo desde mayo a julio, que son los meses en los que dejan de hibernar», aseguró Esteban.

Polladas de ánade

Sin embargo, no solo el despertar de la hibernación es motivo para que los animales silvestres dejen huella en la capital aragonesa. La migración consigue que, por ejemplo, polladas de ánade real aparezcan durante los meses primaverales en Zaragoza ya que, «hasta el momento, ya hemos recogido diez nidadas, dos en el hotel Palafox, otra en la avenida Soria y una más en el parque del Agua», según confirmó Esteban. Todos fueron liberados «debajo del Pabellón Puente».

Otra de las especies frecuentes estas fechas en la capital aragonesa es el vencejo común. Hasta el momento, Esteban recordó haber rescatado a unos 200 pollos de vencejo. «Los llevamos a La Alfranca porque la ciudad es un ámbito difícil para esta especie y una vez que caen en suelo urbano, es posible que no sobrevivan», explicó.

Si echamos la vista a zonas periféricas de Zaragoza como Arcosur y Valdespartera, se puede encontrar un animal muy abundante en la comunidad: el conejo. Esta especie habita en la zona rural de estos distritos por encontrarse rodeado de naturaleza. Sin embargo, la concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, asignó el distintivo de «plaga» por «aumentar en número cada vez más». La edila dudó de que el problema fuera la existencia de esta especie. Más bien, «puede ser una plaga por haberse extinguido los depredadores que equilibran la cadena natural del ecosistema». La solución que planteó Artigas es «invitarlos a desplazarse a un lugar más alejado de la zona urbana, aunque la culpa la tenemos los humanos por echarlos de su hábitat natural».

La Unidad Verde también recoge en la capital aragonesa animales silvestres como tortugas y galápagos de Florida, murciélagos, rapaces, castores y lechuzas, entre las numerosas especies que se pueden dejar ver.

Además, la concejala aseguró que la presencia de «fauna autóctona en la ciudad siempre es buena señal, es un indicador de que sigue habiendo diversidad en el entorno del municipio», aseguró.