El Ayuntamiento de Zaragoza procederá este verano a ampliar la escollera de la margen derecha del puente del Tercer Milenio en el Ebro. Estas obras tendrán un coste de 80.000 euros, que se pagarán con cargo a la partida de mantenimiento de puentes. Antes de la instalación de la capa filtrante y la escollera será necesario sanear el terreno actual y proteger el arbolado. Se utilizarán técnicas de bioingeniería para estabilizar el terreno para lo que, previamente, se está realizando un rastreo con buzos para localizar ejemplares de náyades con el fin de proceder a una eventual reubicación en otras zonas.

En el rastreo participan dos equipos de buzos que recorren la zona 50 metros aguas arriba del puente y 200 aguas abajo, con el fin de localizar posibles colonias o ejemplares de Unio mancus, Potomida littoralis, Anodonta anatina y margaritífera auricularia.

Se trata de especies con alto valor ecológico y que actualmente se encuentran en peligro de extinción, como es el caso de la margaritífera auricularia, un bivalvo de agua dulce prácticamente extinto cuya presencia se restringe al Ebro. El objetivo de las prospecciones es descartar la presencia de ejemplares vivos para su traslado, en coordinación con el Servicio Provincial de Sostenibilidad de Zaragoza. La Expo del 2008 supuso una gran reforma de las riberas del Ebro, con la ejecución de nuevas infraestructuras entre las que se encuentra el puente del Tercer Milenio.

EROSIÓN / En una inspección reglamentaria realizada por el Servicio de Conservación de Infraestructuras se observó en la margen derecha, aguas arriba del estribo derecho y a corta distancia de este, que se está produciendo una erosión del talud que puede afectar a la escollera de protección ejecutada bajo el puente.

Por este motivo se ha decidido ampliar la escollera unos 25 metros aguas arriba del puente, con el fin de dotarla de una nueva configuración más estable desde el punto de vista de hidrodinámica fluvial. Esta se colocará a una altura de medio metro por encima del nivel medio del cauce, mediante bloques de piedra procedentes de cantera, con un peso específico mínimo de 2,65 toneladas por metro cúbico y peso mínimo de 250 kilos. En la cara exterior del talud se dejarán las piedras de mayor tamaño.

Con estas obras a ejecutar el próximo verano, se conseguirá que la infraestructura presente una mayor solidez ante las crecidas del río, al tiempo que se conseguirá desviar a otras zonas la presión de la corriente.