La Policía puso ayer a disposición judicial a un vecino de Zaragoza de 37 años como presunto autor de una estafa a un anticuario de la ciudad con obras falsas del pintor catalán Hermenegildo Anglada. El fraude había sido denunciado por la propia víctima.

Según informaron fuentes policiales, el denunciante había adquirido dos dibujos y tres óleos en los que figuraba la firma de Anglada Camarasa y que, tras varias comprobaciones resultaron ser falsos.

Los cuaDros estaban garantizados por documentos de autentificación del director del Museo Comarcal de La Garrotxa, experto en la obra de Anglada, que supuestamente habían sido falsificados por el sospechoso.

El arresto de este último se realizó a las siete de la tarde del pasado martes cuando acudió a la tienda de antigüedades de la víctima, donde le esperaban los policías.

El detenido explicó en dependencias policiales que había adquirido el lote de cuadros en un rastro de Zaragoza por 120 euros, mientras que la Policía valoró las obras en más de 30.000, cantidad que, al parecer, habría pagado el anticuario.

Un especialista en obras de Anglada manifestó su sorpresa por este última valoración, "ya que el precio de cualquier obra de Anglada oscila actualmente entre 18.000 y 42.000 euros".

El artista catalán Hermenegildo Anglada realizó sus obras figurativas y simbólicas en la primera mitad del siglo XX. En sus cuadros plasmó con tonos amables diversos aspectos de la burguesía catalana de la época.

Los fraudes por falsificación de cuadros no son muy habituales en Zaragoza, aunque en Madrid y Barcelona existe un amplio mercado para estas actividades delictivas.

No obstante en los últimos años se han producido en la capital aragonesa algunos fraudes importantes que han trascendido a la opinión pública y que no han estado exentos de polémica. El último de ellos afectó a una obra de Antonio Saura, un desmontaje en el que se repetía la firma del autor oscense falsificada y que fue descubierto por la familia del mismo.

Con anterioridad a este asunto, la Policía de Zaragoza abortó una tentativa de estafa que se pretendía realizar con varias obras de Fermín Aguayo y de otros autores.