La mujer aseguró estar "desesperada" por las sucesivas sentencias dictadas en su contra por no valorar sus circunstancias personales. Y en relación al proceso abierto a raíz de la localización del menor, aseguró, entre lágrimas, no confiar en continuar con la custodia de su hijo. "Espero que al menos le den la opción al niño de que se explique y que diga lo que piensa", lamentó. "Desde que a mi hijo se le separa de forma violenta de su entorno maternal y se le obliga a dormir en una casa que no es la suya y a ir al colegio acompañado de dos mujeres a las que no conoce, se está favoreciendo una situación de trauma", recalcó. Acompañada de su madre y abuela del niño, afirmó que vive desde hace cinco años en Huesca, en uno de cuyos colegios matriculó a su hijo sin incluir el apellido del padre, a fin de dificultar su identidad. Las resoluciones contrarias a su demanda motivaron la orden de localización del menor librada a la Interpol por un juzgado de Zaragoza.